En la vasta gama de tradiciones culturales que Japón ha conservado a lo largo de los siglos, una de las más enigmáticas y profundamente conmovedoras es el “Ubasute”.
Esta práctica, cuyo nombre se traduce aproximadamente como “dejar caer a la anciana” o “dejar a la abuela”, se remonta a tiempos antiguos y refleja tanto la visión cultural sobre el envejecimiento como las dinámicas familiares en la historia japonesa.
¿Qué es el Ubasute?
Ubásute es una tradición que se remonta al período feudal de Japón, cuando la vida era considerablemente más dura y los recursos escasos.
En esos tiempos, las familias enfrentaban desafíos extremos para sobrevivir, y el envejecimiento representaba una carga económica y física significativa.
La práctica consistía en llevar a los ancianos, que ya no podían contribuir de manera efectiva al hogar, a lugares remotos y dejarlos allí para que encontraran su fin.
Esta costumbre se fundamentaba en la creencia de que liberar espacio y recursos para los miembros más jóvenes y activos de la familia era una necesidad para la supervivencia y el bienestar general del grupo.
Un reflejo de la perspectiva feudal japonesa
Desde una perspectiva moderna, el Ubasute puede parecer una práctica profundamente inquietante y difícil de comprender.
Sin embargo, para los japoneses de épocas pasadas, estaba arraigada en una visión del mundo en la que la supervivencia y el bienestar de la familia o comunidad a menudo se anteponían a los valores individuales.
La práctica estaba impregnada de una especie de pragmatismo llevado al extremo y una forma de resignación hacia el ciclo natural de la vida y la muerte.
Ahora bien, a nivel cultural, el Ubasute también refleja una forma de respeto hacia los ancianos, aunque desde una óptica diferente.
En lugar de considerar la vida de los ancianos como un recurso en declive, la práctica podía verse como una forma de permitirles una muerte digna en un entorno natural, lejos del estrés y las dificultades de la vida diaria.
La desaparición de la tradición
Con el paso del tiempo y la evolución de la sociedad japonesa, el Ubasute dejó de ser una práctica aceptada o común.
De hecho, durante el período Edo (1603-1868) y con la influencia de la modernización y la moralidad cristiana que comenzó a permeabilizar la cultura japonesa, la práctica se volvió cada vez más rara y, eventualmente, se consideró inaceptable.
Además, la creciente valorización del cuidado y el respeto por los mayores, junto con la mejora en las condiciones de vida y los avances en la medicina, llevó a una transformación en cómo se percibía el envejecimiento y el cuidado de los ancianos.
En la actualidad, el Ubasute es visto a través de una lente histórica y es objeto de estudio más que de práctica.
Esto ha llevado a que esta práctica se convierta en un símbolo de cómo las normas culturales y sociales evolucionan y cómo las costumbres de una época pueden ser interpretadas de manera muy diferente en un contexto moderno.
La mirada actual
El estudio del Ubasute ofrece una perspectiva profunda sobre cómo las sociedades enfrentan el envejecimiento y la distribución de recursos en tiempos difíciles.
También nos invita a reflexionar sobre las formas en que las culturas históricas han manejado las complejidades de la vida y la muerte, y cómo nuestras propias prácticas actuales podrían ser vistas en el futuro.
Aunque el ubásute ya no se practica, su estudio sirve como un recordatorio de la importancia de considerar el bienestar de todas las generaciones y de buscar formas de asegurar que el envejecimiento se trate con dignidad y humanidad.
Esta práctica histórica que, aunque hoy en día puede resultar ajena y chocante, proporciona una ventana invaluable a los desafíos y soluciones que las sociedades antiguas enfrentaron.
Además, nos enseña que el respeto y el cuidado por los mayores no son solo cuestiones de práctica, sino de valores fundamentales que deben ser considerados y reevaluados continuamente.
¿Tú que opinas acerca de esta práctica? ¿Qué emociones despierta en ti?