El corazón, los ojos, los pulmones, la piel y el estómago son los órganos del cuerpo más atendidos, mientras que con los intestinos sucede todo lo contrario.
- ¿Cuántas veces te has preocupado por la salud de tus intestinos?
Cuando alguien decide hacerse estudios para determinar la salud de esta zona de su cuerpo, generalmente, se debe a que ha ido al médico y este se lo ha sugerido. Pero rara vez decidimos por iniciativa propia verificar el estado de esta zona tan importante del cuerpo humano.
¿Qué es el SIBO?
A la proliferación excesiva de bacterias dentro del intestino delgado se le conoce como SIBO, debido a sus siglas en inglés.
Lo primero que hay que saber es que la presencia de bacterias en el intestino delgado es normal e incluso beneficiosa.
El conjunto de bacterias, arqueas, parásitos, entre otros microorganismos alojados en esta zona (conocido como microbiota) es la que nos ayuda a metabolizar los alimentos que hemos digerido y a protegernos de ciertos patógenos.
Sin embargo, hay condiciones en las que el número de las bacterias de la microbiota pueden salirse de control y crecer de forma descontrolada. Es allí cuando se origina el SIBO.
¿Cuáles son los síntomas del SIBO?
Una vez que las bacterias han proliferado comenzarán a dañar las paredes intestinales y a afectar negativamente la digestión. Por ello, se experimentan los siguientes síntomas:
- Ruidos intestinales.
- Estreñimiento o diarrea.
- Dolor abdominal.
- Flatulencias muy frecuentes.
- Distensión abdominal.
- Malestar al comer verduras, frutas o legumbres.
- Pérdida de peso involuntaria.
Además, estas bacterias pueden afectar la correcta absorción de los nutrientes de los alimentos que consumimos, por ello, el SIBO también puede causar desnutrición o deficiencia en algunas vitaminas.
¿Cómo sé si tengo SIBO?
Como los síntomas del SIBO son tan similares a los producidos por el Síndrome de Colon Irritable, las alteraciones tiroideas y a otras enfermedades como la enfermedad celiaca, la persona pasa por una serie de estudios y tratamientos para atacar las afecciones más conocidas.
Y es apenas cuando estos tratamientos no surten efecto que se someten a una valoración para descartar el SIBO. Algo que debieron contemplar desde el principio.
Lo primero para saber si tienes esta alteración es determinar si tienes los síntomas. Si los tienes, te recomendamos plantearle la sospecha a tu médico para que te prescriba los siguientes estudios:
- Realización de un cultivo cuantitativo de aspirado intestinal.
- Una resonancia magnética.
- Test del aliento. Este suele indicarse a los pacientes que presentan mayor cantidad de síntomas.
Todos estos estudios permitirán al médico hacer un recuento bacteriano y determinar si exceden la normalidad o no.
¿El SIBO tiene tratamiento?
Sí, en caso de que el médico detecte esta alteración de bacterias en tu intestino, indicará un tratamiento que contempla:
- La ingesta de determinado grupo de antibióticos.
- Un cambio en los hábitos alimenticios y en la dieta.
- Terapia psicológica para ayudar al paciente a disminuir sus niveles de estrés y ansiedad.
Una vez se cumpla el tratamiento, el médico indicará nuevamente la realización de los estudios para verificar que los niveles bacterianos se ubiquen en los límites normales.
¿Te han diagnosticado SIBO alguna vez? Cuéntanos tu experiencia en la caja de comentarios.