La violencia generalmente se encuentra camuflada, invisibilizada, a veces por las víctimas, victimarios, cómplices de esos victimarios que justifican una y otra vez esa violencia sin sentido, por ejemplo: esa mujer me provoco aunque no fue así, el victimario la humilla, la difama, se le ríe en la cara, y su esposa o pareja, simplemente calla, lo oculta, lo apaña, lo justifica, porque piensa que ella, la víctima, es la culpable, diciendo: ella me quiere sacar a mi marido, ella quiere estar con él, ella lo sedujo cuando nunca le dio más que un saludo, ella quiere separar a mi familia cuando en ningún momento se dio la oportunidad de conocer a ese Otro.
Los cómplices miran, observan, saben toda la verdad y aún así miran hacia otro lado, evaden esa responsabilidad civil que tienen ante ese otro. Además, juzgan a la víctima e intentan buscar alguna falla en él o ella, por ejemplo: usaba ropa semitransparente, usaba colaless, usaba minifaldas, usaba tacos, tenía tatuajes, tenía piercings, cantaba, bailaba, saluda entonces coqueteaba con mi pareja. Esos cómplices nunca se detuvieron a pensar, a reflexionar el daño que todo eso provoca, y si es la única víctima de sus “protegidos”, ya que a ellos nos les importa si la víctima: trabaja, estudia, tiene un hijo, tiene una pareja, tiene una familia, tiene una vida, porque lo único que ven, es un cuerpo, un objeto sexual y no respetan absolutamente nada, ya que tanto a los victimarios como a los cómplices, no les importa nada, ni nadie, por ende, si no les importa el otro, ¿por qué se encubren? ¿por qué callan? ¿por qué justifican al malhechor?
Por otro lado, según el psicoanálisis podemos distinguir entre un sociópata y psicópata, y en esta violencia sin sentido, se puede observar, a los psicópatas, que disfrutan haciendo daño, disfrutan violar, disfrutan matar, disfrutan humillar, disfrutan hacer sentir mal al otro, no solo un momento sino mientras sea posible, porque piensan que es divertido, no tienen un mínimo de remordimiento, mínimo sentimiento de culpa. Se acercan a la víctima, la asechan, la siguen, la buscan, para seguir haciéndole daño y presumen de ello, como si fuera un trofeo ante sus familias, antes sus amigos, ante otras víctimas.
“Están siempre al asecho, observando, engañando y seleccionando su próxima víctima, porque ese círculo vicioso, no tiene vuelta atrás, porque el daño que ha realizado es irreparable, esa cicatriz queda marcada a fuego en su piel en la víctima”.
Carol Céspedes
“La violencia en el siglo XXI a nivel mundial ha generado cambios radicales en las ideologías de las masas y ha provocado el nacimiento de grandes movimientos sociales, como también se ha plasmado en una modelo de mujer empoderada con un sentido de sororidad, verdad y justicia y un hombre con un pensamiento abierto, lejos del patriarcado, respetando a las diversidades, respetando al Otro tal y como es su ser.”.
Carol Céspedes