Lamentablemente, no puedo dar el encabezado que doy a todas y cada una de mis cartas, en este caso, puesto que jamás sería una persona “estimada” por mí. Le escribo en esta oportunidad, para de la manera más serena y clara posible expresarle mi opinión, acerca de lo que usted mantiene como una práctica en su vida.
Como punto de partida quiero tomar una simple pregunta ¿Quién fue el ser humano que lo trajo a este mundo? La respuesta, es clara y no tiene usted que tener un doctorado con el sello de la Universidad de Harvard para poder contestarla. Ahora, que tenemos claro el hecho de que usted llego a este mundo por una mujer, podemos adentrarnos en el tema principal de este sobre que espero reciba pronto en sus manos.
La palabra “varón” en castellano deriva del latín vir que traduce literalmente “viga”: el varón era para los romanos “la viga que sostiene la casa”. Sería una ofensa imperdonable para un romano, comprender que esa “viga”, ahora no sostiene la casa sino que por el contrario la “derrumba” segundo a segundo atacando sin piedad a su mujer, en un acto que no tiene ningún tipo de justificación.
De esta forma, “señor” usted debería tener claro que la mujer no debe ser maltratada por el hombre, todo lo contrario, nosotros los especímenes de sexo masculino debemos estar en todo momento para protegerlas. Muy probablemente usted debe tener hijos e hijas con esa dama, a quien usted sin importarle nada le destroza el rostro las veces que quiere, aprovechando que ella tiene una autoestima tan baja que perdona sus ataques, dignos de un animal en la pradera de un país de África, por razones distintas que en esta oportunidad no quiero mencionar, debido a que usted ni siquiera eso lograra entender.
Yo jamás voy a creer en que usted “caballero” logre cambiar su forma de tratar a una mujer, así que por esta razón, en esta oportunidad le quiero declarar la guerra de manera frontal, le aseguro que luchare hasta el día de mi muerte, para que personas como usted tengan las condenas no solo penales sino sociales más fuertes y así logremos erradicar estas prácticas de la sociedad donde quiero que vivan mis hijos y nietos.
Para ir terminando con esta carta, quiero que sepa que eso no lo hace mas “varón” y que por el contrario, personas como usted son las que hacen que esta sociedad viva en el caos absurdo en el que vive, donde es un motivo de “orgullo”, el maltratar a los seres que hacen que la vida en estos tiempos cada vez más difíciles, tengan sentido.