Hoy, como desde hace cuatro años, he comenzado mi mañana recibiendo un beso sincero, puro, real y silencioso. Ese beso me hace sentir el hombre más afortunado sobre la faz de la tierra. ¿Quién no desea despertar y ver unos ojos grandes, marrones, tiernos y felices dándote un beso de verdad e invitándote a poner un pie fuera de la cama y comenzar el día? Sin emitir palabra te dice que hay un sol que brilla, oxígeno para respirar y que, sobre todo, siente una enorme felicidad porque hayas abierto los ojos para hacerle compañía. Así comienzan mis mañanas, y quien me despierta es mi mascota Matilda.
1. Matilda
Les contaré su historia. Matilda, quien originalmente fue bautizada como Mary Poppins por su primer amo, parecía estar destinada a tener nombre de personaje mágico del cine. Es una cachorra que nació en la camada de una «perrita criolla» (palabras con las que categorizan a los animales que aún no han sido reconocidos por la Federación Cinológica Internacional, pero debido a la gran cantidad de especímenes que he visto en la calle, creo que ya deberíamos unirnos y hacer que les den un nombre).
En una temporada en la que me encontraba trabajando en casa mucho tiempo, sentí la ausencia y el desperdicio de espacio para una sola persona. Y como resulta saludable sentirnos acompañados, decidí investigar en la Web sobre adopción de mascotas. No voy a negar que mi primera idea fue ir a una tienda y comprar al más lindo de los ahí presentes, pero me topé con muchos sitios en Internet que ofrecían perros en adopción e inmediatamente me interesó la sensibilidad de estas personas quienes prestan sus servicios ad honorem para encontrarles hogar a perros en situación de abandono. Cuanto más buscaba, más encontraba. Más del 80 % de lo que encontraba eran páginas, artículos, referencias o anuncios sobre el tema, subidos por gente que estaba aquí en la Ciudad de Buenos Aires, de modo que tenía bastante material para leer. El perro ha sido reconocido desde siempre como «el mejor amigo» del hombre. Esta relación, establecida desde el principio de los tiempos, ha evolucionado hasta adoptar nuevas formas de interacción hombre-perro, que terminaron por beneficiar notablemente a la sociedad.
2. ¿El mejor amigo de todos?
Hoy, el compañerismo del perro ha añadido un significado adicional a nuestras vidas, en la medida en que las personas, cada vez en mayor número, consideramos al perro como otro miembro de la familia en vez de como una mera propiedad.
De acuerdo con una encuesta estadounidense, más de 30 millones de norteamericanos conviven con uno o más perros. La mayoría de los consultados arguyó que la razón principal para tener un perro de mascota es la relación de compañerismo que se establece con el animal. Esto no debe sorprendernos; después de todo, el perro no enjuicia, proporciona amor incondicional, y podemos hacer de ellos el mayor confidente de nuestros más íntimos sentimientos.
Sumado a esto, el perro es sorprendentemente inteligente, por lo tanto, puede ser entrenado para hacer muchas cosas. Estas cualidades pueden servir para elevar la calidad de vida de miles de jóvenes y adultos, especialmente, de aquellos incapacitados o de aquellos que residen en instituciones de cuidado. El mero hecho de abrazar un perro permite que residentes de centros de rehabilitación y hogares de cuidado, pacientes de hospitales y familias en general sientan un consuelo, un gozo y un respeto por todos los seres vivientes. Asimismo, la compañía del perro ha demostrado proveer otros beneficios que pueden mejorar la calidad de vida de muchos miles más de ciudadanos.
3. La salud emocional
De acuerdo con la investigación médica, el perro puede disminuir la presión arterial de una persona y atenuar los efectos de la soledad. Investigadores observaron que los dueños de mascotas (hombres y mujeres) tenían una presión sistólica y los triglicéridos en el plasma sanguíneo significativamente más bajos que los que no tenían perros. Sumado a esto, los resultados de un estudio anterior mostraron que la supervivencia a los infartos de miocardio era más alta en los dueños de mascotas que en aquellos que no lo eran.
En la misma línea, un sondeo australiano evidenció que los dueños de mascotas, comparados con los que no tenían mascotas, estaban físicamente más activos, visitaban menos el médico, hacían menor uso de medicamentos para presión alta y experimentaban con menos frecuencia la sensación de soledad. Por lo tanto, aquellos que son dueños de mascotas también logran ahorrar en salud.
El perro puede aumentar la autoestima y estimular sentimientos de mayor competencia en niños mayores, a la vez que los ayuda a desarrollar su motivación cuando se les da la responsabilidad de ejercitar, entrenar y alimentar a su mascota. Esto se da de una manera más notoria cuando los jóvenes están en riesgo. Se ha sugerido que la exposición a las mascotas facilitaría el inicio y mantenimiento de relaciones con los mayores, especialmente, en los grados elementales y la escuela superior.
Desde que incorporé a Matilda a mi familia he vivido un tiempo excepcional cargado de momentos gratos que me han permitido participar en muchas actividades relacionadas con los perros, actividades que proveen diversión y sana recreación.
*Texto incluido en El tiempo y el lugar de las cosas.