En los últimos años, los hongos psicodélicos han alcanzado niveles de potencia nunca antes vistos. Cultivadores y micólogos como Julian Mattucci, de Imperial Labs en Colorado, han revolucionado la micología psicodélica con prácticas avanzadas de secuenciación genética y manipulación celular. Mattucci asegura que no busca la potencia como objetivo principal, sino mejorar la integridad genética de los hongos. Sin embargo, los resultados han sido impactantes: lotes que contienen hasta un 5% de alcaloides psicodélicos, frente al 1% típico de la mayoría de las variedades.
Estos avances han puesto en jaque a los consumidores menos experimentados. Según Reggie Harris, fundador de Hyphae Labs, una dosis estándar de 3.5 gramos de estos nuevos hongos podría equivaler a una experiencia que antes se lograba con apenas 0.7 gramos. Harris advierte que la falta de educación sobre la dosificación puede resultar en viajes traumáticos.
La carrera por la potencia no solo se limita a hongos populares como el Psilocybe cubensis. Nuevas variedades, como la premiada TTBVI, descubierta en las Islas Vírgenes Británicas, están ganando competencias privadas por su concentración de psilocibina. Estas copas psicodélicas, similares a las del cannabis, están promoviendo un mercado donde los hongos “intermedios”, como Golden Teachers, están siendo desplazados por variedades extremas como Albino Penis Envy y Jedi Mind Fuck.
Además de ofrecer experiencias intensas, estas variedades podrían beneficiar a quienes sufren efectos secundarios desagradables con hongos más comunes. Según el ecólogo Sam Gandy, las especies más potentes parecen ser más suaves para el cuerpo debido a la rápida liberación de psilocibina en menor materia fúngica.
Sin embargo, la creciente popularidad de los hongos superpotentes plantea preguntas sobre su seguridad y accesibilidad. Aunque algunos cultivadores, como GordoTek, han desarrollado herramientas como calculadoras de dosis para educar a los consumidores, muchos siguen subestimando su potencia.
La próxima década promete ser crucial para el desarrollo de esta micología avanzada. Como señala Mattucci, “esto es solo el principio, y va a ser una locura”.