Se suele darse ante una pérdida, en diversas situaciones:
- Salud
- Trabajo
- Lugar
- Ser querido
Ante una pérdida de cualquier índole, operan los siguientes procesos: negación, aceptación, acomodación y organización, no se dan con un tiempo determinado, cada uno tiene su propio tiempo.
Los duelos son distintos unos de otros porque cada uno es diferente, cada uno lo vive, lo siente de manera única.
A veces darse una pausa, para iniciar, pasa en simultáneo mientras realiza su vida cotidianamente. También en otros casos nos lleva poco o mucho más tiempo transitarlo, ya que no es fácil, poner en palabras todas nuestras emociones, nuestros pensamientos e impresiones que recibimos del mundo.
Es complicado elegir habitar, transitar un duelo porque el simple hecho que no sabemos, qué debemos hacer, porque no sabemos cómo procesarlo o porque simplemente nunca tuvimos un ejemplo de ello ó porque nos cuesta expresarnos.
Por otro lado, también no somos conscientes donde nos situamos, en otras palabras, si esta pérdida nos afectada de manera directa o indirecta.
Podríamos decir, que ese duelo es como una bola de estambre, a veces, se desenreda, a veces se anuda, a veces descubrimos que hay mucho más de lo que podemos ver, sentir y procesar detrás de todo ello.
Debido a lo nombrado anteriormente, siempre se recomienda a cualquier persona, ante cualquier tipo de duelo:
- Hablar con un amigo
- Hablar con un familiar
- Hablar con pares
- Hablar con compañeros de trabajo
- Hablar con conocidos
- Hablar con un especialista
- Hablar conmigo mismo
- Expresarme a través de dibujos, de cartas, de canciones, de poesías, a través de la música o de algo que a mí me gusta y me haga sentir tranquilidad.
Todas esas maneras son diversas formas de decir lo que nos pasa, es co-crear esa resiliencia ante un hecho, ante la vida. Lo cual nos permite sentir libertad, tranquilidad, paz, armonía interior, aceptación propia y de los demás, nos permite darnos cuenta de que lo sucede puede generar una oportunidad para salir adelante, nos permite re-conocernos, re-aprender de lo que nos pasa y tratar de ser siempre uno mismo ante el mundo.
Además, eso nos permite tomar conciencia de que no hay un tiempo estipulado, para sanar, ni para que ese proceso empiece o finalice, ya que constantemente estamos sanándonos y sanamos nuestro alrededor.