Una app es una aplicación de software que se descarga para ser instalado en un teléfono inteligente, una tablet o un televisor, como hemos visto en los SmartTV, televisores que poseen Internet y permiten a los usuarios descargar apps como Netflix o YouTube. Ejemplos de apps para teléfonos móviles pueden ser WhatsApp, Facebook Messenger, Airbnb o la polémica aplicación Uber, que está transformando el transporte en muchas ciudades del globo.
Para nadie es un secreto que las apps han cambiado el mundo y que cada vez hay más aplicaciones destinadas a ayudarnos y a hacernos la vida más fácil.
Hace algunos años, hice una búsqueda de apps basándome en mi localización y descargué dos aplicaciones comunitarias hechas por organizaciones de la ciudad donde vivo. La primera, me mostró un calendario de recolección de desechos de todo el año. En el calendario pude ver cuándo el servicio de gestión de residuos iba a pasar por mi casa a recoger reciclajes, basura o residuos orgánicos. La app también tenía una base de datos donde podía buscar de nombres de desechos, por ejemplo, si escribía «caja de pizza», me daba información sobre qué tipo de desecho era y cómo podía desecharlo. La misma aplicación para teléfonos inteligentes me enviaba una notificación, como recordatorio, que me indicaba que debía preparar los contenedores con los desechos y colocarlos al frente de mi casa, de esa manera, ellos podrían pasar al día siguiente y recogerlos sin ningún inconveniente.
La segunda aplicación que descargué, fue la app de la biblioteca pública. Se había vuelto costumbre para mi familia visitar la biblioteca pública. Siempre buscábamos información de eventos locales y libros para mi hija, que tenía dos años; para mi esposa, que estaba terminando un programa de estudios en nefrología, y para mí, que siempre estuve sediento de buenas lecturas. Cuando comenzamos a ir a la biblioteca no existía una app, por lo que siempre teníamos que guardar el papel recibo con la lista de los libros que pedíamos prestado y algunas veces fijábamos un recordatorio en nuestros calendarios personales con la fecha que correspondía devolver los libros. Con esta nueva app que descargué, el uso del papel pasó a la historia (por lo menos, para nosotros). La app me mostraba todos los libros que tenía, los libros que había leído, los libros que había solicitado y los que aún no estaban disponibles. También, qué día iba a devolverlos. Además, podía solicitar otros libros, de modo que la próxima vez que fuera a la biblioteca ya no tendría que gastar tiempo buscándolos, pues el personal los iba a tener listos para mí en un área de recolección especial. Esta app también me enviaba notificaciones como recordatorio del día que debía devolver los libros que había pedido prestado.
Las dos aplicaciones móviles me ayudaron a resolver problemas. A pesar de que estaban destinadas a unas cien mil personas, que era el número de habitantes en la ciudad donde vivía, no dejaban de ser innovadoras, ya que introdujeron una novedad a esa sociedad y un cambio al cómo hacíamos las cosas.