Una solución propuesta por Asociación Médica Americana, es declarar la obesidad como una enfermedad. La organización médica más grande de la nación dijo en estos días: “reconocer la obesidad como una enfermedad ayudará a cambiar la manera cómo la comunidad médica aborda esta cuestión compleja”. Podría tener un gran impacto el cómo las compañías de seguros enfrentan el problema y lo que deciden cubrir de los tratamientos adicionales.
Según los Centers for Disease Control and Prevention (CDC), la epidemia de obesidad cuesta al país más de $150 billones al año, por el tratamiento de afecciones relacionadas como enfermedades cardíacas y diabetes tipo 2. La obesidad se define generalmente como 17.5 k o más de sobrepeso; los adultos más propensos a ser obesos son los mayores de 60 años, según las últimas cifras de la CDC.
Douglas Martin, M.D., Presidente de la Comisión de Salud Pública de la AMA, dijo a MedPage que el grupo quería ‘enviar un mensaje’, a pesar de que los miembros todavía debaten si realmente ayudaría a los pacientes a buscar tratamiento o simplemente les estigmatizaría más. El propio Consejo de AMA de Ciencia y Salud Pública se ha pronunciado contra la decisión, diciendo que la obesidad no puede definirse como una enfermedad porque la única forma de medirla -calcular el índice de masa corporal con una proporción de peso a altura- es demasiado simplista y errónea. Muchos miembros de la AMA lo ven de forma diferente. Virginia Hall, M.D., obstetra de Hershey, Pensilvania, dijo que la obesidad debería definirse como una enfermedad, para que “las compañías de seguros puedan dejar de eludir su responsabilidad”, en el pago de los tratamientos, según la revista Forbes. Las coberturas para el tratamiento de la obesidad varían entre las aseguradoras privadas. Medicare cubre gastos de terapia conductual o la cirugía bariátrica para pacientes obesos, si es parte del tratamiento para una condición peligrosa relacionada con la salud, como la diabetes, dijo un portavoz de Medicare a CNN.
Lo que esencialmente hace la decisión de AMA, es mostrar a los médicos que tienen obligación de discutir con sus pacientes el problema del peso y cómo está afectando su salud —y tal vez lograr un reembolso de la compañía de seguros por su tiempo de consulta. Como se ha señalado en el Angeles Times, “…los estudios han encontrado que más de la mitad de los pacientes obesos nunca han escuchado, de boca de un profesional médico, que necesitan perder peso —un resultado no sólo de la reticencia de algunos médicos a ofender, sino su falta de voluntad para llevar a cabo una consulta prolongada por la cual quizá no serán reembolsados”. Pero, no está claro si el etiquetar la obesidad como enfermedad dará lugar a cambios sustantivos. Después de todo, vivimos en una cultura que a menudo parece ajena a los problemas de salud. ¿De qué otra forma se puede explicar que empresas alimenticias ofrezcan al consumidor una hamburguesa con un huevo frito, panceta y queso cheddar entre dos donas glaseadas?