La gran cuestión de nuestra sociedad en la actualidad es el narcisismo que inunda y logra ahogar todo aspecto de nuestra vida.
Nos convertimos en seres egocéntricos y egoístas, dependientes de que todo lo que nos rodea infle nuestro yo. Pretendiendo ser admirados y adorados por el resto sin sentir responsabilidad alguna de corresponderlos en este sentimiento. Excesivamente centrados en nosotros mismos; sin tiempo restante ni interés para poner los ojos en el alrededor.
No hay aspecto que quede fuera de esto;
Lo vemos en las nuevas corrientes “terapéuticas” que tienen mas de alternativas que de sanadoras. Eso si, logran lo que la gente busca que le hablen de ella, alimentando su ego, y que sea a su vez rápido y al punto. Hoy, la sociedad no puede esperar; necesita que todo sea inmediato y que alimente el propio Yo.
Las relaciones cada vez duran menos, nadie puede ceder a su deseo, solo importa el yo. Y de tanto yo, el otro termina ahogado del yo ajeno y sintiendo amenazado el propio. Y se rompen relaciones, no vaya a ser que se desinfle el yo.
No hay mas allá del propio YO.