Por Juan Manrique
En la actualidad, muchas personas deciden renunciar al formato de familia tradicional y optar por un estilo de vida individual, diferente al que llevaron sus padres.
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[pullquote]…los neosolteros son individuos que no creen en el amor para toda la vida y apuestan al desarrollo personal…[/pullquote]
En los últimos años, la cantidad de personas que deciden no tener una pareja estable ha crecido. Se trata de hombres y mujeres mayores de 30 años que no le temen a la soledad, disfrutan del ocio, y el destino del dinero, que en el modelo acostumbrado se emplea en la educación de los hijos, ellos lo utilizan para darse sus propios gustos: viajes, salidas, etc. Para la Licenciada Adriana Guraieb los llamados neosolteros son aquellos individuos que no creen en el amor para toda la vida y apuestan al desarrollo personal: “Muchos de ellos tratan de evitar las experiencias dolorosas que tuvieron, de ver a sus padres en convivencia disfuncional, con situaciones de violencia, de dolor, entonces toman otros caminos para evitar el riesgo de repetir aquello que les desagradó”, asegura Guraieb, que es profesora en Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).
El último censo realizado en Argentina en 2010 muestra que más de la mitad de la población, el 52%, es soltera. Sobre un total de 30.211.620 de personas mayores de 14 años censadas, las estadísticas arrojan que un total de 15,6 millones de personas jamás pasaron por el Registro Civil, y una proporción menor de 14,5 millones de habitantes se han casado.
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[pullquote] “A ellos no los alarma del hecho de la soledad[/pullquote]
Hace una década atrás, decidir estar solo rompía por completo con los patrones tradicionales de familia establecidos desde hace ya mucho tiempo: Tener una pareja, hijos, una casa, un trabajo, etc. Tenía mala reputación, y hasta había quienes lo ocultaban, pero en los últimos años esta tendencia parece ir naturalizándose, no como una moda pasajera, sino como una realidad aceptada en la sociedad: “A ellos no los alarma del hecho de la soledad, están muy comprometidos con su trabajo y desarrollo profesional, además se abastecen económicamente”, declara Guraieb.
¿Vivir solo o acompañado?
Este parece ser un paradigma para los jóvenes de hoy. Cada opción tiene sus ventajas y desventajas. La modernidad ha desnudado las verdades del amor, transformándolo en un sentimiento pasajero, que parece ser cada vez más breve, y que tiene fecha de caducidad. Por otro lado, la soledad es una elección que puede ser placentera por siempre o bien durante algún tiempo, porque no todas las personas están preparadas para transitar el resto de su vida de un modo ermitaño, por el miedo a la tristeza y la frustración que les puede ocasionar el tener que arrepentirse después, y que entonces ya sea tarde.
Por Juan Manrique