Por Maximiliano Reimondi | Argentina
Luego de muchas horas de trabajo, todos necesitamos un poco de relax y esparcimiento. Necesitamos apartarnos de nuestras exigencias laborales y preocupaciones personales; especialmente los fines de semana. Es vital para tener una calidad de vida excelente. De lo contrario, podemos enfermarnos…
¿Qué es el ocio?
Podría definirse el ocio como el tiempo de recreación que un individuo puede organizar y utilizar de acuerdo a su propia voluntad. Esto no solo excluye las obligaciones laborales, sino también el tiempo invertido para la satisfacción de necesidades básicas como comer o dormir.
El uso más habitual del concepto está vinculado al descanso del trabajo. El ocio, por lo tanto, aparece fuera del horario laboral o en el periodo de vacaciones y es importante no confundirlo con la inactividad absoluta o con el aburrimiento; al respecto, la opción más sana consiste en aprovechar esas horas para satisfacer las necesidades intelectuales relacionadas con hobbies, o para el contacto con la naturaleza y la práctica de algún deporte.
Históricamente, el ocio ha sido visto como un lujo de los aristócratas, dado que el resto del pueblo debía trabajar durante largas horas para asegurar su subsistencia. Con el tiempo, la vida de la clase media se ha vuelto menos dura; en la actualidad, la crisis no es suficiente razón para no disponer de horas y días libres, al menos para las personas solteras que solamente deben mantenerse a sí mismas.
Es sabido que el ocio es necesario para obtener un mejor rendimiento, tanto físico como mental, en nuestra actividad laboral. Sea cual sea nuestra ocupación, es siempre aconsejable respetar los ratos libres, buscarlos y atesorarlos, para recobrar las energías que hemos depositado en nuestras obligaciones y poder retomarlas de manera eficiente y con la mente despejada.
Despreciar el descanso es una costumbre de muchas personas, que traen consigo una visión anticuada del trabajo, de la responsabilidad y de la moral. Así como el ocio no se considera una pérdida de tiempo, sino un período de recreación, el trabajo tampoco debe ser visto simplemente como una actividad, sino como una herramienta para modificar el mundo material y mental por medio de un esfuerzo.
Esto es el resultado de diversos estudios sociológicos que, a su vez, distinguen el trabajo del ocio por el carácter recreativo de este último; en pocas palabras, la diferencia entre ambos conceptos reside en la comprensión que cada uno tenga del término recreación.
La industria del ocio
Resulta curioso notar que el ocio se ha transformado en una industria colosal que, al mismo tiempo, ofrece trabajo a un número creciente de personas. Vivimos en una época en la que casi todos podemos darnos gustos que, hace tan sólo un par de décadas, estaban reservados a los ricos. La industria del turismo y los vuelos internacionales han visto un crecimiento, especialmente debido a que cada vez más gente puede acceder a ellos; lo mismo ocurre con los teléfonos móviles y las computadoras portátiles.
El ocio es salud
Llega el momento en que las personas llegan a considerar que las 24 horas del día no les alcanza para realizar todas las tareas que deben hacer. No se dan cuenta de que el ocio también puede tener grandes beneficios para su salud y no es una simple pérdida de tiempo.
Se han realizado muchos estudios científicos sobre las grandes ventajas que tiene el ocio si se sabe aprovechar, evitando que gran cantidad de enfermedades agobien al cuerpo humano, como el estrés o el bajo rendimiento físico que se presenta por la saturación de actividades a realizar.
El gran auge que han tenido las tecnologías también hace que la vida cotidiana tenga grandes sobresaltos, haciendo que los momentos en los que debemos descansar y relajarnos no sean estresantes al tener que recibir llamadas telefónicas, estar al pendiente del correo electrónico o simplemente revisar las redes sociales.
El sistema nervioso central se puede equilibrar por medio de la lectura, unos momentos de practicar deportes o escuchar la música que nos gusta. Esto hace también que se optimicen los procesos cerebrales. También hacer actividades como caminar o dejar de consumir grasas animales ayudan que la sangre se oxigene, disminuye los triglicéridos y energiza todos los órganos del cuerpo.
En el ocio, el hombre hace uso de su libertad y autonomía; puede decidir qué hacer y realiza actividades no impuestas. El ocio es fundamental en la integridad y desarrollo del ser humano, y para el mejoramiento de nuestra sociedad.