Cuando nos ejercitamos, además de un buen equipamiento (indumentaria, zapatos) debemos tener en cuenta las consideraciones necesarias para mantenernos hidratados durante toda la jornada, por eso recordemos que el cuerpo está compuesto 60% por agua y para obtener el mejor resultado durante el entrenamiento debemos mantener la medida correspondiente para que no fallen las funciones vitales.
Cualquier persona que entrene su cuerpo es sensible a la perdida de agua, esto es debido a que la temperatura aumenta y el liquido vital funciona como un ingrediente refrigerante, al no alimentarlo en su correcta medida podríamos deshidratarnos.
El rendimiento se ve afectado por la deshidratación del cuerpo haciéndonos sentir cansados, lentos, torpes y es muy probable que lleguemos a lastimarnos.
ESTADÍSTICAS:
Se calcula que un deportista pierde entre 1 y 2,5 litros de sudor por cada hora de ejercicio intenso. Esto también se traduce a perder entre 1 y 2,5 kilos de peso.
En el Real Madrid han calculado que la pérdida de líquidos por sudor de sus jugadores durante los entrenamientos es una media de 2 litros cada uno.
En sesiones de hasta 60 minutos de duración como Pilates, Yoga, sesiones de gimnasio de bajo impacto, es suficiente con beber solo agua. En sesiones que se prolongan más de 60 minutos o bien algo más cortas (45’) pero muy intensas, se puede recurrir a una bebida deportiva isotónica que contenga 6-8 gr/100 ml de carbohidratos y electrolitos, entre ellos el sodio. El aporte de carbohidratos permite reponer el glucógeno muscular.
La hiponatremia que se presenta en los deportistas suele ser a causa de beber más cantidad de líquido de la que se ha perdido con el sudor, aunque también puede darse en atletas ya deshidratados, como resultado de grandes pérdidas de sodio por el sudor.
Entre los que tienen mayor riesgo de padecerlo están los llamados “Salty Sweater” (sudadores salados), personas con altas tasas de sudoración y/o sometidos a pérdidas de sodio elevadas. He ahí la importancia de que las bebidas contengan sodio.