No sé por dónde empezar. Porque, sinceramente, aún no comprendo cómo llegamos a este punto. Pero, ante todo, debo decir que te amo. Y que todo el amor que siento que te tengo me lleva a reflexionar ante la idea de una futura ruptura.
Es loco creer que conocernos fue un accidente. Pero lo más triste es resignarse a la idea de que todo es «normal» y establecerse en dicha comodidad.
Hace tiempo que doy vueltas sobre la misma idea: «¿Acaso podrá la felicidad compartirse entre dos o contagiarse de algún modo? ¿Alguna vez tendré la fuerza suficiente para rescatarte de aquella oscuridad que te acecha?». Y en definitiva siempre llego a la misma conclusión: «Sólo vos podés salir de ahí».
Me apena pensar una y otra vez que nada bueno puede salir de vos. Que todo lo que alguna vez fuiste no fue más que una ficción que me han contado grandes exponentes de tu historia. Y que, quizás, no sos más que un engaño romántico digno de un buen storyteller.
Pero, si así lo fuera, yo aún te seguiría amando. Y dudo que eso cambie, sabiendo que vos sos esa parte de mí que jamás podré negar.
Sin embargo, no alcanza. Hoy, siento injustamente que todo ello no alcanza. ¿Por qué? Porque desde hace años no logró encontrar un norte entre tus límites. Y realmente eso me pone mal. Me desvela y angustia como nunca.
Porque, si yo te amo, te respeto y acompaño siempre, ¿por qué debo sentirme culpable por nunca poder apoyarte en tus cambios? ¿Tan mal aprendido fui de tus enseñanzas?
No lo sé, Argentina. No logro entender lo que te pasa. Y, sinceramente, me apena no poder hacerlo. Porque sí dependiera de mí, no existiría grieta alguna en ningún extremo de tu extensión. Como tampoco canallas dispuestos a exprimir cada centavo de tu riqueza.
Pero no depende de mí. Y te veo tan atrapada en la idea de que estás tan agrietada, tan rota, tan fundida… que una y otra vez pareciera que siempre estás peor. Y que las oportunidades de un futuro próspero y estable no son más que fake news.
No te dejes confundir, Argentina. Vos no tenés adentro una grieta. Vos tenés una manga de nefastos personajes que se turnan unos con otros para arrojar alcohol en las heridas de tus habitantes. Los mismos que por infinidad de razones terminan por ocupar un lado de la mesa que disputa tu riqueza. Riqueza que jamás será para el pueblo. Porque los nefastos siempre encuentran el modo de atesorarla como un acto casi divino. Haciendo creer al pueblo que ellos sanarán el daño que le ocasionaron tus anteriores gestores.
Sé que no es tu culpa. Como también sé que, a tu manera, vos me amas. Y que respetas estas sensaciones y pensamientos que me surgen en estos tiempos donde pareciera no existir un camino certero y próspero para cualquier valiente que decida desandar tus tierras.
Espero, algún día, puedas valorar estas palabras como de quien viene. Un simple trabajador, emprendedor y soñador argentino que desea tener al menos una certeza: Si existe, realmente o no, un futuro junto a vos.
P. D.: Ojalá mis palabras algún día sirvan para aquellos que aún creen que existe un país diferente. Uno donde seamos respetuosos con la historia y críticos para con nuestros gobernantes. Esos mismos que no pasan ni frío ni hambre, que no tienen que estar pendientes de su cuenta bancaria, que descansan con la tranquilidad de aquel que tiene todas sus necesidades básicas cubiertas, mientras un país acuna con angustia y deshonra a millones de argentinos que alguna vez supieron soñar sobre sus huellas y que, verdaderamente, algún día se merecen una oportunidad: la de darse cuenta que esta no es su única opción.
*Nota del editor: Las opiniones emitidas en este artículo son únicamente responsabilidad de su autor. Ridyn.com y todo su equipo editorial no se hacen responsables por los conceptos aquí expuestos.
Exelente ,buen escritor ,ojala que algun dia el pais argrntino y los que gobiernan hagan mejor las cosas..Rami exito como escritor lo mejor para vos siempre.segui asi cumpliendo tus sueños.besos vero
💗💗💗💗💗