Por Fernando Godoy
Qué mundo loco y desviado,
El dinero y el poder pervierten lo que tocan.
Nos escondemos de nosotros mismos
Y las bellezas del día se esfuman rápidamente.
La mente crea escenarios variados,
Las ideas nunca llegan a destino.
Remolinos continuos en nuestro pensar
La extrañeza nos apresa, nos invade.
En la reflexión profunda duermen los mambos,
Siempre están ahí, reposando.
Algunos sienten temor de despertarlos
Y los encierran en el baúl de las pesadillas.
¡Ay tamborcito mental! ¡Que encuentro!
¿Necesario? Pues creo yo que sí.
Necesitamos ensuciarnos un poco,
Empaparnos de esa locura interior.
Sin saber cuántas batallas esperan,
Sin imaginar cuan duras pueden ser,
Nos aventuramos en este juego
Con el ánimo de despertar.
El coraje develará el misterio
Viviremos esa gran aventura.
Con miedos, alegrías, golpes y aplausos
Y la certeza de que nada será igual.
Tan personal el encuentro,
Tan delicada la trama.
La luz brilla distinta en cada uno,
Pero genera un mundo mejor.
Un nuevo día abraza esperanzas,
Vuelan humos de libertad,
De conexión real a lo intrínseco,
De cadenas rotas y peso ligero.
Una mirada diferente se presenta,
Sonrisas revolotean divertidas.
¿Parecer un loco frente a los demás?
¡Pues sí! Esa es nuestra verdad.
Hoy tiene otro tinte tu sonar, tamborcito
Haz dejado señales en mi cuerpo
De bella locura por vivir
Un viaje que comienza ahora mismo.
Tal vez el futuro nos dispare a un nuevo laberinto
La búsqueda interior no da certezas.
Igual el camino andaremos,
Igual disfrutaremos de las flores.
Tamborcito, te ruego sigas retumbando
Tu ritmo marcará el puente,
Que me pierda en la inmensidad de mí mismo
Solo escuchare la sabiduría de tu música.
Hoy te agradezco las noches en vela,
Los sueños lejanos y perdidos.
Hoy puedo sentirte parte de mí
Y en el silencio hallaré tu melodía.
Bienvenido mi amigo,
Mi consejero,
Mi eterno guía.