Me voy a morir y no tengo miedo de decirlo.
Mientras que a algunos les duele pensarlo, a mi me fluye sentirlo.
Me voy a morir; y eso es algo inevitable que ni yo ni nadie puede cambiar. Porque de un momento a otro no voy a existir más.
Por ese motivo decidí permanecer en cada sonrisa, en cada beso, en cada abrazo; en cada historia con la que decidan traerme por un rato nuevamente a la vida.
Hoy no quiero renegar de esta verdad, sólo quiero abrazar con mis palabras a todas aquellas almas que alguna vez me invitaron a acompañarlas en este viaje repleto de aprendizajes y desafíos.
Es extraño poder poner en palabras lo inevitable del tiempo; lo difícil de cualquier circunstancia definitiva. Y eso, que soy de los que cree que por algo se empieza. Al menos, anticipándose a lo más sencillo de este proceso: me voy a morir.
Seguramente, puede que no nos haya alcanzado el tiempo; que todo ese amor que construimos se convierta en una frágil pirámide de cartas, próximas a ser apiladas en un nuevo mazo. Pero con un gran deseo de ser eternas dentro de aquello que no fue.
Todos los días son días difíciles cuando te das cuenta que lo único importante y desafiante del día, es lograr un instante de felicidad.
Irónico ¿no?; no lo podemos negar. Todos corremos detrás de esa maldita zanahoria: La felicidad.
¿Qué sí fuí feliz?, ¿Sí realmente tuve una vida feliz?, claro que sí. Mi vida estuvo repleta de todas las cosas que necesité para poder dar siempre un paso hacia adelante.
¿Me iré triste?, por supuesto. Abandonar a los nuestros, en medio de un gran viaje es muy complejo y angustiante. Pero a lo largo de estos últimos años comprendí que la vida es un proceso. Uno donde todo tiene un principio, un desarrollo, y no menos importante: un final. Ó cómo me enseñaron a nombrarlo mis estudiantes: un PDF.
Esta es la F de mi PDF. Estas pequeñas, despojadas y humildes líneas que se despiden de aquellos sueños que no serán; de esos abrazos que no se recibirán. De esos amores que no se disfrutaran. Pero por sobre todas las cosas, de esos cumpleaños que ya no se celebrarán, puesto que ahora, todo será una excusa para recordar lo que pudo haber sido y simplemente no fue.
A mis amigos: espero que toda la luz que se merecen, encuentre el camino para iluminar sus mejillas durante esos días donde piensen en acercarse a patear algún que otra nube conmigo. No decaigan. Todavía no escucharon el mejor chiste. Sí, muchos muy buenos, que yo les compartí. Pero todavía no oyeron el mejor.
A mi familia: toda la fortaleza para aquellos domingos, donde el titubeo de agregar un plato más a la mesa o no, se transforme en un llanto desconsolado por el comensal que finalmente no se unirá. Nunca se dejen tirar por el simple peso de una lágrima, porque todo pasa, todo sana y todo vuelve a comenzar. Sí no fue aquí será allá.
A mis amantes: no tengo mucho más para decir. Espero que sepan abonar el precio proporcional al servicio. Que muy bueno fue, en muchas oportunidades. Ojalá algún día puedan vivir en una caricia eterna, de la mano de un sincero y honesto amor.
A mi cuerpo: le pido que no tema por esta separación. Quizás, nunca más nos volvamos a ver; visto y considerando el inmenso horno que está cerca de él, (es muy probable que no lo hagamos). Pero, gracias: por permitirme sentir toda esa energía que compartimos a lo largo de esta gran aventura.
Hoy me toca vivir junto a la idea de que quizás me encuentre frente a mi última aventura consciente. Y no tengo mejor opción que vivirla a mi manera. Esa, que yo sólo sé aplicar.
Hay quienes me adjudican una frase, que ni yo sabía que dije: “- Los seres humanos somos seres que necesitan comunicarse para vivir. Porque sin comunicación no hay vida. Y sin vida, no hay amor. Y sin amor, no hay forma de que hayas podido existir vos.-“
Nunca dejen de hacer brillar esas sonrisas que disfrute tanto atesorar. Tampoco, se casen con la idea de que esto puede llegar a ser una despedida. Porque no puede, lo que ya es.
Algún día.. estas palabras cobrarán un significado completo.
¿Por qué esperar a ese tal “algún día”?, sí yo hoy elijo, no perder el tiempo en despedidas.