Por Solamente Rafa | Venezuela
Es difícil mercadearnos a nosotros mismos en una sociedad donde importa tanto el físico
Los que somos feos —y cuando digo esto me refiero a los que realmente asumimos lo irreversible de nuestra condición (porque hay feos que aun sabiendo que son feos viven en el autoengaño)— tenemos una pequeña ventaja: aprovechamos nuestros defectos para mercadearlos. Total, no tenemos nada que perder, igual ya es difícil mercadearnos a nosotros mismos en una sociedad donde importa tanto el físico. Así que ¿para qué perder el tiempo construyendo una imagen idílica de un ogro? Fijaos en Shrek, la gente lo ama precisamente por sus defectos (o, al menos, así lo veo yo).
Así que siempre ando destacándoles a mis hermanos feos (los feos somos fraternales) las ventajas de «gerenciar» sus defectos, sean o no físicos, ya que:
- Lo quieras o no, tu carta de presentación son tus defectos; entonces, adelántate a los que los usan para destruirte, y úsalos tu primero. Es en este momento cuando un feo me replica: «Hermano, de por sí soy feo y la tengo difícil ligar, y ¿encima me voy a echar tierra a mí mismo?». Y es cuando yo le replico: «Hermano, vuelve a la premisa principal, eres feo, ni dejando de echarte tierra vas a hacer que la gente te vea bonito». Además, al destacar tus defectos puedes destacar por una virtud: el sarcasmo; y el sarcasmo, sabiéndolo usar, puede resultar llamativo.
- Si eres fea puedes estar condenada, porque los hombres buscamos siempre una mujer bonita. Inclusive los que somos feos queremos a una mujer bonita (de hecho, si andamos con una fea, lo más probable es que se deba a nuestra escasa suerte). Así que, lo de resaltar los defectos no sirve como consejo para las mujeres, pero… voilà, nosotros los feos heterosexuales podemos aprovechar que las mujeres sean el fenómeno natural más impredecible, por lo que (y esto es algo que amo de ellas) con mucha frecuencia se enamoran de tipos realmente feos, lo cual nos abre un universo de oportunidades. Fíjate, Dalí era realmente feo, pomposo y ridículo; y se dio un baño de excremento para seducir a su eterna amada Gala. ¡Rayos!, creo que este ejemplo lo dice todo.
- El que vende sus defectos aprende a reírse de sí mismo, ergo, una persona que se ríe de sí misma tiene menos complejos, ergo, tiene más seguridad en sí. Y esa seguridad te va a ayudar a la hora de cortejar a cualquier espécimen de hembra que tengas al frente. Y, sobre todo, te va a servir para procesar todas las veces que te van a mandar al carajo… sí, van a ser muchas, pero cada una de ellas te dará más experiencia.
Pero, sobre todo, lo más importante que debes tener en cuenta es que eres un detestable feo, y las chicas no van a llegar a ti por tu magnetismo, así que nada pierdes con intentar cualquier tipo de estrategia, por más dispareja que parezca. Cuando ligues, me lo agradecerás. Y como los buenos consejos se dan de a poquito, por ahora lo dejo hasta acá, Bis Bald.