Los beneficios de viajar para la mente y el cuerpo son cada vez más reconocidos por los especialistas. Ya no es extraño escuchar que un terapeuta recomiende la terapia de viaje a sus pacientes, así como recomienda la terapia de arte y la musicoterapia.
En este artículo Tourism as a dementia treatment based on positive psychology, publicado en la revista Science Direct, se habla acerca de los beneficios de los viajes para las personas con demencia, sin embargo, no solo estas personas pueden beneficiarse de los viajes para mejorar su salud.
Todos podemos experimentar mejoría en nuestra salud física y mental al irnos de viaje y estas son las razones.
Estimula la plasticidad cerebral
Hace mucho se pensaba que el cerebro adulto era incapaz de modificarse y de crear nuevas conexiones neuronales, sin embargo, la ciencia moderna ha demostrado que no es así.
No obstante, para entrenar el cerebro y lograr un aumento de su plasticidad es necesario someterse a las novedades, las variedades y los desafíos. Y, tal como lo indica el miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Neurología, José Manuel Moltó, al viajar cumplimos con esos 3 requerimientos de forma natural.
Cuando viajamos debemos acostumbrar a nuestro cerebro a nuevos paisajes, aromas, sensaciones, sonidos e incluso a otros idiomas y esto se convierte en un desafío para el cerebro. ¡Es un entrenamiento cerebral completo!
Mejora la salud del corazón
Gran parte de las enfermedades cardiovasculares se relacionan con el sedentarismo. Por lo que viajar ayudaría a disminuir el riesgo de padecer estas afecciones por el simple hecho de que cuando viajamos nos movemos más.
Al visitar una ciudad o un país diferente, nuestro interés por conocer calles nuevas, ver sitios de atracción, visitar centros turísticos, etc. nos lleva a caminar más y a hacer más actividad física de la que haríamos estando en la ciudad en la que vivimos o yendo al gimnasio.
Alivia el estrés
Cuando llevamos mucho tiempo sometidos a una rutina estresante, viajar nos proporciona una sensación de libertad indescriptible.
Al viajar nos alejamos de nuestra rutina y, el hecho de comenzar a ver paisajes, personas y cosas diferentes, hacen que nuestra mente se desconecte de las preocupaciones diarias.
En consecuencia, aumentarán los niveles de serotonina y disminuirán los niveles de cortisol en nuestro organismo. Gracias a esto, nos sentiremos menos tensionados, menos ansiosos y manifestaremos un mejor humor.
Mejora la calidad del sueño
Es posible que, si existe una diferencia horaria significativa al lugar donde se viaja, se deban adaptar los horarios de sueño.
Sin embargo, la disminución del estrés y la ansiedad junto con la actividad física harán que al final del día nos sintamos más cansados.
Esto repercutirá en la calidad del sueño. Verás que experimentarás un sueño más profundo y que tardarás mucho menos en quedarte dormido.
No es necesario viajar al extranjero o a ciudades muy distantes para experimentar todos estos beneficios. Puede ser un viaje corto, lo importante es hacerlo cada tanto en beneficio de nuestra salud.
Ilustración: https://www.glenn-harvey.com/