17.11.12
Es mas que sangre
lo que escurre por mi faz:
es también lo que fue, un día,
mi amor por ti.
Es más que sangre
lo que repetidas veces
limpio en trapos sucios da las manos tuyas:
es la ecuación de lo que éramos
todavía cuando enlazados en el portón de casa,
imantados de pasión
e incitantes fervores juveniles.
Es más que sangre
lo que no se me cesa, al contrario,
minan y minan segundo a segundo
ciertas dolores encerradas.
Es más que sangre
lo que se me respingó en la dignidad:
es la mano tuya,
la misma que dantes acariciabame el Nosotros.
Es mucho, mucho más que sangre
lo que avanza dentro mío
en una hemorragia impensada
de amoladas palabras…
Rebusco a la fuerza que ya no tengo.
La rebusco en el levantarse de otras Yo, andantes vida afuera,
todas ellas intrépidas.
Y una vez estancada la sangre
vociferaré lo que ya no admito;
vociferaré lo que ya seré.
¡En cuanto a eso no hay vacilación!
Quiero limpiarme más allá sangre: limpiarme por entera de ti.
Pues en el ámago del instinto crudamente femenino
quiero mayormente, extirpar a ti, desconocido.
Y, por fin esterilizada,
ésta, o aquella, ya no te conocerá,
aunque la nueva te recordará ardua y remotamente.
Esterilizada
volveré a cultivar un cantero solo mío
con margaritas, amores, violetas,
respectos, jazmines, harmonías, orquídeas…
Viviré un tiempo remozado
imantado ahora por mis urgencias.
Un tiempo en donde, sobre todo,
habrá Yo.