En la mitología egipcia, Seth, animal tifónico (cuadrúpedo en su totalidad u hombre con cabeza de animal tifónico), es considerado dios del mal, de las guerras y de la violencia, pero también es tenido como protector de la fertilidad en los oasis. Existen diferentes representaciones de Seth, entre ellas, el asno, el cerdo, el perro, la serpiente con cabeza de asno, la jirafa, etc. Se lo describía con cabello y ojos rojos, color tradicional en el desierto. También se lo encuentra a Seth con aspecto de cocodrilo (convertido en este animal por el dios Gueb; hijo de Shu y de Tefnut, esposo de Nut y padre de Osiris, Isis, Seth y Neftis, a causa de la muerte de Osiris, de la cual Seth era el culpable).
Seth, originario de Ombos, comparte iconografía con el antiguo dios Ash, quien es suplantado por Seth (o fusionado con este), y con el que comparte la protección y fertilidad en los oasis. Ash se encuentra en la fórmula XCV del Libro de los muertos. Originalmente, Seth no presentaba una deidad con connotaciones negativas, sino que es la leyenda osiríaca la que le termina dando ese aspecto. La devoción de Osiris propicia el resto de la historia: Seth, el hermano que representa el mal, las tormentas de arena y la violencia, asesinó a Osiris, además de desgarrar el cuerpo de su madre Nut, diosa capaz de dar a luz al Sol y de renacer a los muertos en el Más Allá.
Por otra parte, al dios Seth se lo vincula al desierto (Egipto desértico), siendo Osiris quien personifica la fertilidad y el Valle Fértil (Egipto Fértil). Según sea el período, (la dinastía XV, la dinastía XIX, el Imperio Nuevo, etc), la veneración de Seth evoluciona y varía. Por ejemplo, es acusado de robar el Sol y crear así la Oscuridad, o considerado protector de la barca solar de Ra, (el dios más poderoso en el Reino Antiguo). A Seth se lo relaciona principalmente con Osiris y Horus.
La existencia del concepto de Seth era totalmente necesaria para el pensamiento mitológico, ya que representaba las mismas fuerzas del mal, que eran absolutamente necesarias para la existencia del bien, y viceversa, ya que no es posible que exista el bien sin el mal, la Luz sin la Oscuridad. La existencia del orden cósmico (la Maat, necesaria para que el mundo sea armónico y duradero) y este concepto sobrevivieron, pues son los que dan coherencia, lógica y equilibrio al Orden y al Caos.