Dormir es estar en reposo y consiste en la inacción o suspensión de los sentidos, de todo movimiento voluntario y generalmente nos permite tener descanso, relajar todo el cuerpo y tener más vitalidad.
Los adultos deben dormir 8 horas al día para funcionar óptimamente. Por supuesto que es importante combinar el sueño con actividad física durante el día, para estar realmente saludable. De hecho, quienes hacen ejercicio físico muy intenso, pueden llegar a necesitar un poco más de tiempo de sueño aún.
Durante la noche, el cerebro atraviesa 4 fases del sueño. Veamos brevemente de qué va cada una.
Fase 1: Apenas te duermes tienes un sueño muy ligero en el que cualquier estímulo puede despertarte. Esta etapa se asocia con la memoria muscular, es decir, la fijación de los movimientos aprendidos durante el día.
Fase 2: Aquí ya empiezas a adentrarte en un sueño más profundo y tu actividad cerebral desciende. Es la etapa en la que produces la hormona de crecimiento (GH), que no sólo sirve cuando eres niño o adolescente, sino que se ocupa del crecimiento del tejido muscular y de regular el metabolismo.
Fase 3: La instancia de sueño más profundo y reparador, en la que disminuye notablemente la actividad cerebral y, por tanto, aumenta el flujo de sangre hacia los músculos. Esto los llena de oxígeno y nutrientes fundamentales que reparan el tejido dañado durante el día (gracias a la liberación de la hormona prolactina) y favorecen el aumento de masa muscular.
Fase 4: La última etapa se conoce como REM (movimiento rápido de ojos ) y en ella tu cerebro trabaja muy activamente, por eso tienes sueños vividos. Esta parte del sueño es la que le da energía al cerebro para funcionar bien durante el día.
En cambio, la siesta es un como una pausa de entre 1 a 2 horas para nuestro cerebro y cuerpo de absolutamente todo, por ello es de vital importancia darse un tiempo para el mismo. Cabe destacar, que debe ser de corta duración y antes de las 15:00 pm.
Los beneficios de darse una siesta ó dormir de noche-madrugada son los siguientes:
1) Relajación muscular.
2) Disminuir el estrés.
3) Mejor rendimiento posible.
4) Ayuda a pensar con más claridad y a tener mejores reflejos.
5) Permite concentrarse mejor.
6) Mejora las funciones cognitivas como la memoria, el razonamiento lógico y la capacidad de completar tareas complejas.
7) Fortalece el sistema inmune y cardiovascular.