Aunque en algunos países latinoamericanos ya no sorprende ver a grupos de niños disfrazados de brujas o fantasmas exigiendo golosinas, la penetración de Halloween es vista con escepticismo en la región, donde se reivindica el más tradicional Día de los Difuntos.
En países como Cuba o Brasil, los disfraces de brujas y las calabazas brillan por su ausencia, mientras que en Perú los limeños prefieren celebrar el 31 de octubre el Día de la Canción Criolla en vez de Halloween.
En México, solo tres de cada diez personas salen con sus hijos a pedir dulces, mientras que en países como Bolivia o Argentina la popularidad de Halloween está vinculada a algunos sectores de clases altas urbanas o a colegios privados de enseñanza de inglés, en una celebración desprovista de sus significados originales.
En Argentina, son principalmente compañías estadounidenses las que organizan algún tipo de festejo, como la cadena McDonald’s, o escuelas en las que el inglés es el idioma predominante.
En México, las festividades del Día de Muertos (de origen prehispánico) tienen más popularidad que el Halloween anglosajón. De acuerdo con un sondeo de la encuestadora Mitofsky difundido hace unos años, un 83 % de los encuestados indicó que prefiere la tradicional fiesta mexicana; un 6 % manifestó que le gusta la Noche de Brujas, pero se trata de un porcentaje en el que aparecen en mayor medida niños y jóvenes de estratos sociales altos.
Aunque la popularidad de Halloween es creciente en algunos sectores de clases altas urbanas de Bolivia, especialmente en La Paz y Santa Cruz, las iglesias católicas y protestantes suelen cuestionar esta fiesta por su suplantación de los valores religiosos. La mayoría de los bolivianos sigue celebrando el 1 de noviembre la fiesta de Todos los Santos y el 2 el Día de Difuntos.
La creencia criolla dice que las almas retornan al mundo terrenal el primer día del mes de noviembre para instalarse hasta el día siguiente, cuando se conmemora el Día de Difuntos, una tradición heredada desde la catequización española.
En España, la jerarquía de la Iglesia católica arremetió esta semana contra la popularidad creciente de la fiesta «pagana» y «anticristiana» de Halloween, que en su opinión celebra la muerte en vez de la vida.