Admitir una falla cuando todos están preocupados en difundir un ideal sobre lo que llamamos vida,
quedo por unos segundos observando la ventana el canto de los pájaros anunciando el verano,
unas cuantas lagrimas salen despostilladas de mis ojos
ellas susurran que lo mejor está por venir
que la vida se trata de eso
amarte sin pensar y dejar que ella misma sea la indicada de optimizar lo que es bueno y es nuestro,
lo que tanto aclamamos
buscamos fuera
cuando podemos vivir siendo felices hasta el punto de ser nosotros mismo,
amarnos es el primer paso para desahogar nuestros miedos.
Hablemos de los demonios que transcurren nuestras venas,
envenenan y disfrazan de derrotas algo que no sabemos,
nos cuesta
lo admito,
las expectativas que tenemos ante los demás es lo que nos paraliza,
congela nuestro ser,
ese que es el más divino,
conseguimos avanzar cuando comenzamos a hacer tregua con nosotros mismos, suena ridículo,
pero la verdad funciona,
duermes y te dedicas a ti,
comprendes y anuncias la idea en tu cabeza
que no debemos de ser quienes sean los protagonistas de nuestros mayores temores,
esos de querer tener todo bajo control
un monstruo que aniquila toda sorpresa de la vida,
pero decidí vivir feliz conmigo misma
una felicidad adyacente con mi ser,
transcurrir en tonalidad de alcanzar lo que ahora me enamora,
vivir así para poder un día despedir a todos con una sonrisa en mi rostro y levantar la voz en alto e invitarles a que me escuchen…
¡Lo logre, estuve plena y lo sigo estando, los amo como me amo a mi misma!