“Creo que la mejor educación está fuera de la universidad. Buena parte de lo que se aprende en la universidad tiene fecha de caducidad y para cuando te gradúas has aprendido conocimientos que no puedes aplicar”. Estas palabras pertenecen a Greg O’Gallagher, un experto en fitness que inició un negocio millonario y polémico tras dejar sus estudios de marketing después del primer año de universidad.
Lo hizo porque no comulgaba con las enseñanzas que estaba recibiendo y porque su verdadera pasión era el fitness. Lo fue desde que era muy pequeño, pidiendo a su madre con 13 años que le regalase un programa para entrenar en el gimnasio y recibiendo sus primeras mancuernas.
Por aquel entonces, la situación familia de O’Gallagher era controvertida en lo personal y buena en lo económico. Su padre, Michael, falleció cuando Greg tenía 11 años dejando a su madre al cargo de una familia con cuatro hijos y una empresa familiar inmobiliaria que iba viento en popa. La firma continuó dando grandes beneficios a los O’Gallagher, pero ni siquiera eso convenció a Greg de seguir con la tradición familiar.
Aficionado desde siempre a las películas de acción, buscó técnicas para mejorar su cuerpo y hacerlo parecer al de los superhéroes, un objetivo que convirtió en negocio cuando se mudó a Los Angeles. Allí se puso en contacto con Rusty Moore, fundador de la empresa Visual Impact Fitness, quien fue su primer mentor. Aprendió todo lo que pudo de él y escribió en su blog personal sobre los programas de Moore, ganando dinero por comisiones de las ventas derivadas de esos artículos.
En 2009, a raíz de las críticas positivas de sus seguidores en su blog, Greg abrió su canal de Youtube y posteriormente perfiles en Facebook e Instagram para publicitar su marca Kinobody. Asimismo, creó una web en la que vende material de fitness.
Un método polémico
En los vídeos del experto en fitness es habitual ver a modelos internacionales y automóviles de lujo mientras Greg presenta sus programas de musculación, da sus consejos o sus charlas de motivación. Su método consiste en llegar a tener el cuerpo de un “superhéroe” sin seguir dietas estrictas ni ir al gimnasio siete días por semana, según explica en ‘CNBC’.
Sus programas ‘Warrior Shredding’, ‘Greek God’ y ‘Superhero Bulking’ consisten en tres días de entrenamientos semanales con la realización de cuatro o cinco ejercicios diferentes, y todos ellos son acompañados por el ‘intermittent fasting’, una dieta para perder peso que alterna largas periodos del día en en los que no se ingiere ningún tipo de alimento.
Sin embargo, esta dieta está en el ojo del huracán. Nutricionistas internacionales han alertado de sus peligrosas consecuencias a largo plazo, señalando como destaca un informe de la Sociedad Europea de Endiocrinología, que puede dañar el páncreas modificando la funcionalidad de la insulina en personas sanas. Asimismo, los estudios indican que podría haber un efecto rebote para aquellas personas que la realicen.
Por su parte, Greg O’Gallagher defiende el ‘intermittent fasting’ y se pone de ejemplo a sí mismo, quien pasó de un cuerpo normal a estar altamente musculado. Peligrosa o no, los métodos basados en esta dieta le han permitido ganar a este emprendedor cerca de un millón de dólares hasta la fecha.