Por Maximiliano Reimondi | Argentina
El cerebro humano es la estructura más compleja en el universo.
Nos dicta toda nuestra actividad mental. En los últimos años, la investigación en neurociencias ha arribado a conocimientos claves sobre el funcionamiento del cerebro. Uno es que el cerebro es un órgano plástico que alcanza su madurez entre la segunda y tercera década de la vida.
Mitos y verdades
Todavía no hay una teoría general del cerebro que explique su funcionamiento general ni se sabe cómo las neuronas y sus conexiones dan lugar a ese proceso íntimo, personal, subjetivo que es propio de cada uno de nosotros al experimentar o vivir una situación dada.
El cerebro tiene una capacidad plástica para remodelar sus circuitos que aún la tecnología no ha logrado igualar. Es un mito que sólo usamos el 10% del cerebro.
El cerebro es responsable de aproximadamente el 20% de las calorías que gasta nuestro cuerpo en un día. Cada día es más convincente la evidencia de que existen ciertas regiones del cerebro en las que el desarrollo neuronal ocurre en la vida adulta.
Se pueden reconocer ciertas áreas del cerebro que procesan el dolor, o que están involucradas en la percepción del dolor. El sistema nervioso está constantemente regulando el medio interno en función de los cambios que ocurran en el medio externo. Todos estos procesos, que incluyen procesos básicos como poder estar de pie sin caerse, involucran interacciones del sistema nervioso que no son evidentes (conscientes) para los individuos, pero que son indispensables para poder funcionar de manera normal.
Existen ciertas patologías en las cuales, sea por carga genética o por cambios espontáneos, el cerebro comienza a degenerarse por muerte progresiva de neuronas. Al depender de la región del cerebro en la cual predomina dicha generación, el individuo puede presentar diferentes alteraciones en la conducta, en la parte motora o sensorial y en la forma en que procesa la información proveniente del mundo que lo rodea.
Las neuronas pueden morir por procesos degenerativos o por toxicidad. Hoy hay formas de fortalecer las conexiones que se establecen entre las neuronas. La estimulación (tanto social como intelectual) genera redes más complejas que pueden retrasar y contrarrestar los efectos de la degeneración neuronal.
Tamaño
Un mayor tamaño cerebral no implica necesariamente capacidades más desarrolladas. Lo más relevante está en la complejidad dada por las conexiones que se establecen entre las distintas partes que constituyen el sistema nervioso.
En el hombre moderno, la corteza cerebral y sus conexiones ocupan el 80 % del volumen cerebral. La corteza aloja las funciones más complejas de nuestro cerebro.
Funciones
Las funciones no están distribuidas uniformemente en el cerebro y existe una especialización hemisférica, que cada mitad del cerebro es experta en algunas funciones y tiene su propio y delimitado rol en la cognición. Asimismo, estos dos hemisferios están en constante comunicación a través del haz de fibras nerviosas más extenso del cerebro humano: el cuerpo calloso que es el encargado de transmitir continuamente la información de un hemisferio al otro.
Zurdos y diestros
Aproximadamente el 10 % de las personas son zurdas. Aún hoy no se sabe con certeza por qué una persona es zurda o diestra. Esto se debería en gran parte a la genética y parcialmente al medio ambiente. Por ejemplo, en familias en las que ambos padres son zurdos, las posibilidades de tener un hijo con igual lateralidad se ven incrementadas.
Nuestro cerebro es asimétrico. Esta morfología cerebral también es consecuencia de procesos evolutivos que se dieron, entre otras razones, a partir de la especialización del lenguaje y las destrezas motoras finas. El hemisferio derecho se encarga de controlar los movimientos del lado izquierdo del cuerpo y el hemisferio izquierdo los del lado derecho.
En lo que respecta al lenguaje, el hemisferio izquierdo es el responsable en personas diestras. Este hemisferio también es dominante para la escritura y la lectura en los diestros. En los zurdos, estas funciones estarían más repartidas entre ambos lados.
Percepción
El cerebro destina, aproximadamente, el 25 % de su actividad y más de treinta áreas distintas para la percepción visual. No retrata la realidad como una máquina de fotos sino que le otorga un significado a las imágenes (tanto en forma consciente como no consciente). El ojo captura información incompleta del mundo externo a partir de una imagen que no es 100 % fidedigna: retiene lo más importante y descarta los detalles más triviales. El cerebro es, en realidad, el órgano que le da sentido a esta información.