Con el avance tecnológico y la creación de redes sociales se ha podido divulgar a nivel global información sobre la salud mental. Jessica McCabe utiliza su canal de YouTube para divulgar información útil sobre el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y explicar que hay mucho más detrás de este trastorno de lo que se conoce y cómo esto puede conducir a un diagnóstico errado.
El trastorno por déficit de atención solía ser diagnosticado a niños hiperactivos e impulsivos debido a que son dos de los síntomas primarios más fáciles de identificar en quienes padecen TDAH. Sin embargo, hay un síntoma presente llamado inatención, más complejo de identificar, atribuido específicamente a aquellas personas con mentes soñadoras y dispersas. Suele estar presente principalmente en las niñas con este trastorno, por lo que es más habitual que las mujeres reciban un diagnostico errado. A pesar de esto, lo más común es que aquellos con TDAH tengan una combinación de hiperactividad, impulsividad e inatención con distintos niveles de frecuencia y grados de intensidad.
¿Qué clase de comportamiento genera el TDAH?
Hay muchos hábitos que pueden ser causados por este trastorno. Heather Brannon, una psicóloga estadunidense especializada en diagnosticar adultos con TDAH, afirma que «la causa de ansiedad en el 75 % de los adultos es el TDAH».
Los pensamientos introspectivos que desatan conversaciones en nuestra cabeza, la falta de interés en hechos mundanos o situaciones cotidianas, la sensación de estar perdiendo el tiempo y no ser capaz de priorizar tareas son algunos de los comportamientos más comunes que suelen ser percibidos como distracción, pereza e incompetencia para aquellos que no padecen TDAH, prejuicio generado por la poca información que se tiene sobre este tipo de trastornos.
Los adultos son completamente racionales, saben cuáles son sus responsabilidades y qué es lo que se espera de ellos; por este mismo motivo, muchos desarrollan una personalidad perfeccionista, causada principalmente por la vergüenza, al punto de creer que la única forma de conquistar y terminar una tarea es convirtiéndola en el problema, pero, claro, la perfección que tanto anhelan no existe, lo que hace que su búsqueda se vuelva algo abrumadora hasta el punto de desatar un estado de crisis permanente.
El estado de crisis también se repite cuando lo que predomina es la falta de interés ante tareas cotidianas, como pueden ser lavar la ropa, pagar los impuestos o incluso ir al médico. Aquellos con TDAH interpretan estas actividades necesarias como meramente mundanas o, caso contrario, las perciben como abrumadoras; de una forma u otra no querrán hacerlas hasta que la situación se vuelva tan grande que deban ser abordadas con urgencia.
¿Qué es realmente el TDAH?
Ahora que ya abordamos de qué forma se expresa el TDAH pasemos a entender que es lo que hay detrás de este comportamiento. Al igual que muchos otros trastornos psicológicos, su origen se encuentra en la deficiencia de neurotransmisores principalmente, en este caso en particular, en el de la dopamina y la norepinefrina, y es que mientras la primera cumple la función de generarnos interés ante nuestro entorno, la segunda consiste en trabajar y combinar las funciones ejecutivas como pueden ser entender el concepto del tiempo y el orden de prioridades.
El trastorno del neurodesarrollo que causa el TDAH en las partes del cerebro en las que se encuentra genera un desarrollo más lento en comparación con un cerebro neurotípico. Por esto, el uso de medicación estimulante que recetan los psiquiatras, acorde a cada caso, permite metabolizar los neurotransmisores para que regulen las emociones, el comportamiento e incluso el sueño de aquellos que lo padecen.
Hay luz al final del túnel
Jessica McCabe fue diagnosticada con TDAH en su infancia y, a través de su canal de YouTube y su charla TED «Falling at Normal: An ADHD Success Story», explica que, aunque la medicación la ayudo significativamente, con el tiempo empezó a notar que no era suficiente. Ahora, junto con un equipo de profesionales especializados en TDAH, enseña sobre la importancia de acompañar el tratamiento médico con terapia cognitiva, sesiones de coaching, meditación y ejercitación física de forma regular.
Su mensaje optimista busca darles un giro de perspectiva a aquellos que comparten las mismas dificultades que ella, mensaje que se enfoca principalmente en cómo las personas con TDAH pueden ser divertidas, creativas, generosas, capaces de trabajar con ideas nuevas y con problemas que representen un desafío. Al mismo tiempo, le recomienda a su «tribu» (personas que comparten TDAH) reconocer los desafíos de su cerebro para poder encontrar la mejor solución.
Las dificultades cotidianas que nuestro cerebro tiene que abordar pueden llegar a ser abrumadoras y en algunos casos tienen explicación. Los adultos con TDAH no diagnosticado deben lidiar con un cerebro que no quiere cooperar y con no poder estar a la par del resto, lo que genera un sentimiento de frustración e impotencia. Es importante hacerles entender que esto no es su culpa y que hay formas de mejorar, y pedir ayuda es el primer paso.