Un estudio realizado por Oliver Robinson, de la Universidad de Greenwich (Londres), revela que mucho antes de cumplir los cincuenta sufrimos una crisis previa con similares síntomas: inseguridad, depresión, soledad… Ocurre alrededor de los 30 años, cuando los adultos sienten la “presión de triunfar antes de cumplir los 35”. Según el investigador, normalmente esta crisis atraviesa fases: primero el “adulto joven” se siente atrapado en sus opciones, siente un fuerte deseo de cambiar, decide dejar su trabajo o su relación sentimental y probar nuevas experiencias, y finalmente recupera el control y empieza una nueva vida más centrada en sus intereses y valores. Robinson dice que esta crisis es positiva y que el 80% de los sujetos, cuando mira hacia atrás, se alegra de las decisiones que tomó entre los 30 y los 35.
De acuerdo con el estudio, que se ha presentado en la Conferencia Anual de la Sociedad Psicológica Británica en Glasgow, el estrés en el trabajo, las relaciones de pareja y de amistad y las expectativas son los principales factores que desencadenan el conflicto interno. Además, Robinson concluye que los sujetos más vulnerables son adultos con educación superior, con fuertes deseos de tener éxito y con un concepto idealista con respecto a cómo debería ser su vida.
Fuente: www.muyinteresante.es
Consejos básicos
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Krieguer enumeró los siguientes tips para sobrellevar esta difícil etapa:
1- Tomar conciencia. Se basa en el entendimiento de que lo que ocurre es producto de una sociedad que trabaja en pos de que esto suceda. “Uno vive en la sociedad y este discurso se capta por los medios de comunicación. Para estar inserto en la sociedad, hay que estar en el ‘mercado laboral y afectivo’ que exige cumplir con los dos ideales: ser cada vez más joven y tener mejor posición económica. Esto se traduce también en ser más flaco, por ejemplo”, dijo.
2- Recurrir a consulta u orientación. Es para ser ayudado si se está sufriendo o si se está padeciendo determinada patología: alcoholismo, drogadicción, anorexia, bulimia, entre otros.
3- Considerar síntomas posibles. La depresión empieza de una manera muy larvada. Puede aparecer como cansancio, desgano, inapetencia, como no tener ganas de relacionarse, como fracasar en la facultad, engordar, no hacer actividades físicas, insomnio.
4- Intentar ubicarse subjetivamente en una relación más sana. “Esto implica pensar estas cuestiones y ver hasta dónde cada quien quiere conciliarse con esos mandatos sociales y hasta dónde uno dice: hasta acá llegué y más no”, puntualizó Krieger.