Shirin Neshat es una artista visual nacida en Irán en 1957. A los 17 años, Neshat viajó a Los Ángeles para estudiar arte. Durante su estancia en los Estados Unidos se produjo la revolución de Irán. En ese periodo, su familia se vio afectada económica y socialmente; sin embargo, ella permaneció en los Estados Unidos para terminar sus estudios en la Universidad de California.
En 1990, Shirin regresó a Irán y notó una gran diferencia en la sociedad iraní. La revolución había transformado las vidas de las personas en Irán. Como consecuencia del cambio, ya siendo artista, ella creó la serie fotográfica The Women of Allah (1994-1997). Desde entonces, ella produjo muchas obras de arte, destacándose en fotografía y cinematografía, aunque también incursionó en la fotoperfomance y la videoperfomance, que van a formar parte de sus videoinstalaciones y ambientaciones. Actualmente, Shirin Neshat vive en Nueva York.
Escrito en el cuerpo: lo simbólico en su obra
La obra de Neshat se caracteriza por poseer una carga simbólica importante. El autorretrato significa el poder de la mujer enfrentándose a una sociedad patriarcal, machista, en la que la mujer se encuentra en un estado de sumisión absoluta. El uso de la hiyab (velo que cubre la cabeza y todo el cuerpo de la mujer, que se usa a partir de la primera menstruación) representa la represión ejercida sobre las mujeres. Las armas en sus producciones simbolizan la guerra y la violación a los derechos de las mujeres a la hora de luchar junto a los hombres, y la caligrafía representa a la cultura islámica.
Lo importante de la obra fotográfica de Shirin, Unveiling (1993) y The Women of Allah (1993-1997), es la unión de la escritura y el cuerpo, un cuerpo cuya sexualidad —la de la mujer— es controlada por los hombres.
En cuanto a sus videoinstalaciones se destacan Turbulent (1998), Rapture (1999), Soliloquy (1999), Fervor (2000), Passage (2001), Logic of the Birds (2001), The Last Word (2003), Mahdokht (2004) y Zarin (2005). Todas ellas se caracterizan por tener dos grandes pantallas enfrentadas entre sí.
Sus largometrajes y cortometrajes
En 2009 dirigió la película Women Without Men, un drama que aborda la temática de los derechos humanos, el rol de la mujer en la sociedad y el valor alegórico del jardín en la cultura islámica. Cuenta la historia de cuatro mujeres cuyas vidas se entrelazan cuando el Gobierno británico decidió intervenir en Irán para derrocar a Mohammed Mossadegh (primer ministro de Irán entre 1951 y 1953, elegido por el pueblo).
En 2017 realizó Looking for Oum Kulthum donde relata la historia de una cantante egipcia que se ve enfrentada por su alter ego.
Su último filme, titulado Tierra de sueños (2019), es una autobiografía de la artista, que trata la vida de una fotógrafa que vuelve a su tierra luego del exilio.
En 2003 realizo The Last Word, el cortometraje muestra a una mujer cruzando un oscuro túnel, a través del cual se le van presentando varios acontecimientos que, de forma simbólica, aparecen como múltiples niveles de estados anímicos.
De sus cortometrajes sobresale llusions & Mirrors (2013), protagonizado por Natalie Portman. En él, el personaje interpretado por Portman intenta perseguir una sombra que deambula por una playa desierta; cuando finalmente la encuentra en una casa deshabitada, la joven experimenta una sorpresa turbadora al encontrarse con ella misma.
En 2017 realizó Se acabó el carnaval protagonizada por Cate Blanchett. La artista Shirin Neshat manifiesta: «Estaba interesada en cómo las cantantes son tratadas universalmente como objetos de deseo. Al principio, Cate se ve hermosa, pero cuando canta es la voz de un hombre. La audiencia la abuchea, y ella se vuelve conflictiva. Cuando vuelve la música, hace un baile seductor, pero su rostro es malvado. Para su último acto de subversión, se quita el cabello y el maquillaje y se aleja. Esa parte fue idea de Cate. Que se joda la belleza».
Neshat siempre se ha interesado en mostrar lo difícil que ha sido y es ser mujer, más allá de los diferentes contextos sociales y culturales en los que la mujer se desenvuelva. Porque la violencia machista (la violencia de género) es transcultural y, por lo tanto, no conoce fronteras.
Ilustración de encabezado: Fotografía de la serie The Women of Allah (1993-1997).