Meditando en las manifestaciones de la Violencia que nos rodea actualmente en el mundo y en Colombia, las muertes repetidas de población de tez oscura en USA, las actuaciones del Estado Islámico en el Medio Oriente y la eterna lucha de las FARC contra el Estado Colombiano, no debemos olvidar planteamientos de Aristóteles y de los escolásticos que hablaban sobre las maneras del Ser de los sucesos, en cuanto acción, que se manifiestan en Potencia y Acto. Igualmente, en la Filosofía y en la Ciencia se ha sostenido siempre que no existe un Efecto sin que previamente se haya dado una Causa, y que, según Aristóteles, esta causalidad se clasifica en material, formal, eficiente y final. Por último, recordemos que para Marx, siguiendo a Hegel y a los filósofos idealistas como Fichte y Schelling, la realidad del mundo es un proceso ontológico que evoluciona como un enfrentamiento entre una tesis, su contradicción en la antítesis y su solución en la síntesis de los contrarios.
En frente a las muertes de la Iglesia de Emmanuel en South Caroline, como Acto repudiable e inhumano, vemos en Potencia la existencia de un odio racial manifiesto en que varios estados sureños de USA, conservan aún como emblema de su bandera reminiscencias de la bandera de la Confederación que defendió el esclavismo y la Supremacía Blanca en la guerra de secesión y que la mayoría de sus regimientos conservan aun el nombre de generales del ejército perdedor de los años de 1860, como Gordon o Pratt
En el Medio Oriente, los avances del Califato sanguinario del ISIS, como Efecto violento, son impresionantes, tal como las recientes muertes en Túnez, pero sus Causas también permanecen a la vista,: las guerras y masacres de USA contra IRAK y la eterna injusticia del estado Palestino,. sometido y aislado por Israel, país que junto al grupo Hamas, fue condenado por las Naciones Unidas como causantes de las mas recientes masacres producidas en la guerra del 8 de Julio de 2014 en que Palestina tuvo 2188 muertos mientras Israel solo 146
Y en Colombia, nuestra patria, la guerrilla de las FARC, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, en su lucha sin esperanza por tomarse el poder, como factor antitético y contradictorio del Estado, no hace sino destruir la infraestructura y derramar petróleo en medio de un Proceso de Paz que todos esperamos llegue a feliz término, en momentos en que la opinión favorable a los diálogos ha disminuido y existe el peligro de que se suspendan y quedemos de nuevo a la deriva de la guerra, otros largos años, porque la tesis, de la cual se derivan las FARC, se halla en nuestra historia reciente y fundante, como afirma el informe del Grupo de Memoria Histórica, cuando nuestra nacionalidad se conformó durante el siglo XIX mediante una serie de continuas guerras civiles por el manejo de los pobres recursos del país, las que se iniciaron en la Patria Boba durante el período independentista de España, en momentos en que las provincias mas ricas y de refinado abolengo criollo desdeñaron a las provincias marginales y mas mestizas, mulatas, negras e indígenas, y luego durante todo ese siglo se continuaron en múltiples conflictos por el poder, que incluía el manejo y aprovechamiento de la tierra, en un país muy mal distribuido desde el inicio, cuando los criollos blancos e hijos de los españoles se apoderaron del gobierno.
Y luego, durante el siglo XX la causa mas visible de la guerrilla fueron las pugnas con los gobiernos, principalmente a partir de 1948, luego del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, lider del pueblo, dando lugar a una tenaz violencia bipartidista, atizada por odios, pero principalmente en la lucha por la tierra desde los tiempos de Juan de la Cruz Varela en la región del Sumapaz, Fusagasuga, Viotá, El Triunfo y la Victoria en el centro del país, pero igualmente en regiones de la costa, los Santanderes, las zonas de colonización y Antioquia, Entonces hubo intentos fallidos por redistribuir la tierra, pero los líderes disidentes y contrarios al gobierno del Frente Nacional, verdadero partido de las oligarquías de los dos partidos, nunca tuvieron suficiente opinión para imponerse como gobierno y varios jefes políticos de izquierda fueron sistemáticamente asesinados. A todo este contexto socio-económico se sumó, desde los años de 1980 el narco-tráfico que le ha traído a Colombia muchas divisas pero una compleja estructura de Señores de la Guerra, que se han venido apoderando del país político con su dinero, ahora mucho más camuflados y discretos., Y esta parece ser, hasta el momento la síntesis de nuestra dialéctica histórica.