Cerveza, cerveza y más cerveza. Ese pareciera ser la causa y consecuencia de una fiesta que cada año gana más adeptos en todo el mundo, la celebración de San Patricio. Sin embargo, hay mucho más en la historia de este santo que tiene una de las fiestas internacionales más divertidas y coloridas.
San Patricio es el patrono de Irlanda, y acarrea consigo una historia de evangelización y perseverancia importante para ese país.
En el año 432 d. C. este sacerdote, Patricio, desembarcó en costas irlandesas después de una travesía en barco, y se dispuso la evangelización del pueblo irlandés, que hasta ese entonces profesaba religiones politeístas. Instauró la celebración de la Pascua en el pueblo, y fue ampliamente aceptado con el tiempo en el país. Aunque al principio diversos pueblos se resistían a su llegada. Con perseverancia logró edificar diversas iglesias y bautizar miles de jóvenes durante su vida. Patricio nunca fue canonizado bajo el ritual riguroso de la iglesia católica, sin embargo se encuentra dentro de la lista de santos de la misma.
El trébol, y el color verde son los elementos mas distintivos dentro de la celebración en honor a este santo. Se dice que el trébol lo utilizaba para explicarle a los paganos la santísima trinidad, y que da evidencia de una Irlanda libre de culebras e insectos. Hoy en día es una fiesta nacional en la República de Irlanda, no siendo así en Irlanda del Norte, aunque allí también se festeja.
En el siglo XVIII y XIX gran cantidad de irlandeses emigraron a diversos países del mundo, como EE. UU. y Nueva Zelanda. Es allí cuando la fiesta del patrono de Irlanda se convierte en internacional. Ante la masividad de las fiestas en el mundo es que el gobierno irlandés decide atraer turismo con una celebración propia, y hoy en día la fiesta en Dublín atrae cada vez mas personas. Una celebración atravesada por la cerveza, los tragos y la gastronomía típica, con shows y diversas actividades. Se celebra el 17 de marzo, ya que se cree que es la fecha de la muerte del santo.