Adiós, Diomedes Díaz
El vallenato, típico género musical colombiano de la costa Caribe, se originó durante el siglo XIX en la región de Padilla, sur de la Guajira, y se extendió a los departamentos de la costa Caribe colombiana, principalmente Cesar, y hoy en día, a los países vecinos.
Esta región, propicia al contrabando y rica heredera de un mestizaje muy activo entre los indígenas de la región, los inmigrantes aventureros extranjeros de diversas nacionalidades, los negros libres o ex-esclavizados y los herederos de los blancos criollos que realizaron la conquista española de la región, constituye una zona que fue marginal a los hechos políticos centrados en las ciudades importantes de la costa como Cartagena y Santa Marta, manejadas y dominadas por una élite altiva y de tradición blanca española.
En este contexto social aparecen varios ritmos autóctonos como la cumbia y, desde finales del siglo XIX, el llamado vallenato, que combina el acordeón diatónico, la guacharaca y la caja vallenata, El acordeón entró a la región probablemente a través de los puertos y por el río Magdalena, como instrumento occidental, la guacharaca, un instrumento indígena de la región construido con cañabrava adosada con ranuras para que suenen al rasparlas con un hueso y el tambor, que es un típico instrumento de los esclavizados y negros huidos a los palenques de la zona, construido con el tronco hueco de un árbol con una superficie de cuero de res, para lograr un ritmo repetitivo y cadencioso.
El término vallenato no ha sido dilucidado del todo, mencionando que se puede referir a los ballenatos críos o a la gente natal del Valle de Upa o Valledupar, capital del departamento de Cesar y centro anual del Festival Vallenato-
Así, el vallenato representa, las tres etnias ancestrales constitutivas de los colombianos mediante estos tres instrumentos nombrados: el español conquistador y mangoneador del poder de la región, el indígena marginado pero nunca vencido, como fue el pueblo wayú de la Guajira y el negro esclavizado y huidizo, que logró alcanzar su libertad en poblados inaccesibles que se llamaron Palenques o Rochelas, donde vivió asediado por la ley y por diferentes gobiernos, pero haciendo su vida y recuperando su antigua cultura africana.
Inicialmente el vallenato fue tocado con flauta de caña de millo o carrizo, luego con guitarra y finalmente con acordeón, desde inicios del siglo XX.
A los instrumentos con que se interpreta el vallenato, se adiciona el cantante o trovador de canciones que compone el mismo o interpreta de otros trovadores, sobre la cotidianidad de la vida, los amores frustrados, el trabajo en las fincas y los rencores, pasiones y odios hacia los amigos y enemigos, los señoritos ricos y explotadores de la zona,. y a su problemática social
El vallenato-cantautor permitía, en épocas de dificultad en las comunicaciones, tal como los trovadores medievales del sur de Francia o de Cataluña en el norte de España, mencionados en la “Estoria de España” de finales del siglo X, y que algunos participaron en las bodas de las hijas del Mio Cid, llevar noticias y presentar espectáculos de pueblo en pueblo, conservando una tradición oral y apoyando unos valores ancestrales.
Este fue el caso del trovador vallenato Francisco el Hombre que se enfrentó con el mismo demonio y lo venció, en una justa de cantos espontáneos, que es recordada en las composiciones del gran rey del Vallenato Rafael Escalona, ya fallecido.
En este ambiente nació Diomedes Dìaz el 26 de mayo de 1957, en la finca El Carrizal, en el corregimiento de La Junta, en San Juan del Cesar, en La Guajira, nor-oriente de Colombia, compositor y cantante natural que comenzó su carrera desde la infancia, cuando cantaba en las parrandas o fiestas donde ya presentaba composiciones propias, mientras trabajaba como peón de fincas y ayudante del cuidado del ganado.
El único estudio que tuvo Diomedes fue con su tío, el acordeonero, compositor y cantante Martín Maestre quien encauzó su vocación durante un solo año, hacia 1970.
Entonces trabajó como mensajero en Radio Guatapurí y ya desde allí cantó composiciones propias como la “Negra” y fue llamado el “Cacique de la Junta”, por su lugar de nacimiento, hacia el año de 1976.
Entonces se dio su cascada de éxitos con distintas agrupaciones y acordioneros como Rafael Orozco, Elberto ‘El Debe’ López , Nafer Duràn o Humberto ‘Juancho’ Rois. en festivales, emisoras ,ciudades y pueblos y, la secuencia del sin número de grabaciones donde se oyeron sus grandes éxitos musicales y canciones como “Cariñito”, el “Chanchullito”, “Bonita”, “Tu serenata” y “Fantasía”.
Hacia el año de 1993, Diomedes Díaz lanzó su éxito más vendido el disco “Título de amor”, donde canta la composición de Hernán Urbina, “Tú eres la reina”.
Pero los éxitos le trastornaron la cabeza hacia los excesos y no supo administrar su genio con cordura: las múltiples mujeres que tuvo le dieron más de veintiséis hijos y el consumo de droga lo llevó a participar en una orgía con su permanente esposa, sus guardaespaldas y una amiga que resultó muerta, llevándolos a Díaz y a su señora a pagar cárcel durante tres años.
Cuando recuperaron la libertad Díaz fue ovacionado y así continuó hasta el final de sus días, de parranda en parranda, de enfermedad en enfermedad y de éxito musical en éxito musical.
Diomedes Díaz no abandonó los escenarios, ni probablemente los excesos hasta el lanzamiento del último éxito, el día 22 de Diciembre de 2013, cuando después de la presentación, al amanecer regresó a su casa y se encerró en su cuarto para sufrir un infarto fulminante y morir.
Su entierro fue una apoteosis, bordeado por las dos mujeres que mas lo quisieron su primera esposa y quien lo acompañó en el desorden en que murió
Escritores serios, frente a su tumba dijeron que Diomedes Díaz no era un buen ejemplo para el pueblo colombiano, tan lleno de violencia y de contradicciones. Sin embargo a los seguidores y fanáticos de Díaz no les importó sus excesos ni su carcelazo, sino sus canciones, que representan la cotidianidad del pueblo afro-indio-mestizo que somos todos los colombianos.