“A través del silencio, el mago puede obtener nuevos conocimientos y sabiduría, porque en este silencio Harpócrates, el dios del silencio, susurra secretos que nunca se pueden hablar“.
La cámara anecoica creada por los Laboratorios Orfield en Minnesota, Estados Unidos, absorbe el 99,99% de los sonidos. Estudios basados en el comportamiento humano detallaron que ninguna persona puede estar allí durante una hora sin conducirla a la locura.
Este viaje a la locura en menos de una hora, supone de la carencia absoluta de sonidos que conducen al cerebro humano a enloquecer luego de largos minutos intentando buscar sonido alguno. La mente humana, al no encontrar sonidos, comienza a escuchar los propios latidos de corazón, cómo bombea sangre a las venas, sus propias entrañas y respiración. Es cuestión de tiempo para que la persona comience a dar claros indicios de desorden mental.
La cámara tiene un diseño que permite absorber el sonido de techos, suelo y paredes, por ese motivo se anula el efecto del eco y ondas sonoras. Son creadas principalmente para minimizar las reflexiones de sonido procedentes del exterior. Es así que es posible grabar o reproducir un sonido sin interferencias ni distorsiones.
Si bien el sonido, de alguna forma, se puede “crear“, es menester señalar los silencios en diferentes ámbitos o lugares del mundo en el ser humano.
“Has de saber que todas las batallas se pueden ganar a través del silencio“.
Se debe comprender que tanto sea en cámaras anecoicas, como en el silencio que se produce cuando dos amantes se entienden sin necesidad de palabras, en nuestras expresiones y el silencio que deja la lejanía que crea el tiempo, como también el lugar silencioso que encontramos en nuestra mente: es un mismo silencio.