¿Quién no disfruta nadar en una piscina durante un día caluroso?
Cuando no es algo frecuente, no tienes mucho de qué preocuparte. El problema viene cuando te sumerges en la piscina todas las semanas y varias veces, pues, se ha demostrado que hay varios tipos de infecciones que puedes contraer.
Además, este riesgo se incrementa cuando se trata de piscinas públicas, ya que por sus aguas pasa una gran cantidad de personas cada día.
¿Sabes cuáles son estas afecciones? En seguida, te dejamos una lista con las principales y algunos consejos para evitarlas.
1 Otitis externa
La incidencia de otitis externa en personas que nadan regularmente en piscinas o en practicantes de natación es tan elevada que ya se le conoce otitis de piscina.
Esto sucede porque el agua se aloja en el conducto auditivo externo cuyo entorno húmedo, propicia la aparición y la multiplicación de gérmenes.
Una vez que se presenta la otitis, puedes experimentar picor intenso, dolor y, en algunos casos, supuración.
Para evitar esta afección, los especialistas recomiendan utilizar tapones especiales para los oídos hechos de cera o de silicona (eso sí, no durante muchas horas) o no sumergir la cabeza en el agua.
2 Conjuntivitis
Salir de la piscina con los ojos ligeramente enrojecidos puede ser normal debido a la presencia de cloro en el agua.
Sin embargo, si el enrojecimiento no cesa y, por el contrario, se agudiza y además tus ojos aumentan la producción de legañas, entonces seguramente estás ante la presencia de la conjuntivitis.
En este caso, los oftalmólogos recomiendan no abrir los ojos debajo del agua y, de ser posible, utilizar lentes acuáticos. En caso de utilizar lentes de contacto, lo mejor será limpiarlos con solución especial siempre después de salir de la piscina.
3 Diarrea
Al nadar en una piscina, la mayoría de las veces ingerimos mucha agua y esta, aparte de estar clorada, puede contener virucidas, antialgas e incluso gérmenes de proveniencia fecal; elementos que afectan significativamente la salud estomacal.
La diarrea infecciosa es la principal manifestación de que la salud del estómago se encuentra alterada por el agua consumida en la piscina. Y esto se ve observa más que todo en niños, pues son los que más agua consumen.
En este caso, la única medida para evitar este problema es mantener la boca cerrada en todo momento para evitar tragar agua.
No debemos temerle a sumergirnos en una piscina, pues es un espacio que puede proporcionarnos divertidos momentos en compañía de familia y amigos. Sin embargo, no debemos descuidar las anteriores medidas en pro de nuestro bienestar.