Por Sandra Huayanay | Perú
Suenan los hermanos Gallagher. “Please don´t put your life in the hands in a rock ‘n’ roll band” indica la letra. Sí, es de esa canción cuya letra aprendí de tanto escuchar las típicas radios ochenteras limeñas. Pero ya ni estamos en los ochentas y los hermanos Gallagher tampoco pertenecen a esa era. Ellos son como yo, nos dimos a ver en los noventas, épocas en las que me la pasaba escuchando más música anglosajona que en español.
“Sandra, tú no te sabes ninguna canción en español” me dice una compañera de trabajo, quien me ve coreando Don´t Look Back in Anger mientras trato de ordenar tantos documentos que luego desecharan y ni siquiera serán reciclados. Ella tiene razón, toda mi vida he escuchado en inglés, a lo máximo he escuchado las bandas punk underground de la escena local y unas cuantas bandas españolas que-creo- tienen un aura indescriptible. Olvido ese pensamiento y vuelvo a la frase que Oasis le dice a una tal Sally. ¿Y si yo lo hago? ¿Y si pongo mi vida en manos de una banda de rock?
Desde que empecé con esta rebelión musical (yo lo llamo mi revolución) mi vida se ha vuelto un verdadero whirlwind. No sé cómo describirla, pero cada vez que me preguntan en qué ando o por qué ya no me encuentran fácilmente yo atino a decir “mi vida se ha vuelto un whirlwind”. Nadie me pregunta nada, me miran y dicen “ah”. Luego se retiran para dejarme en un vació filosófico del cual prefiero salir pero no, no puedo. Mi mente juega conmigo y eso no me gusta.
Ya que hablo del significado de whirlwind (que es muy amplio de por cierto), es necesario partir de ahí para describir lo que me sucede. Siento que no descanso como antes. Es más creo que mi mochila es la única cosa que me acompaña en toda esta ruta, de un lugar hacia el otro extremo de la ciudad y viceversa, pasando por los lugares habituales hasta por lugares que no sabía que existía en la Ciudad Gris. Mi vida se traduce en autobuses, taxis y grandes caminatas. Idas y venidas, vueltas y zigzags. Mi madre parece regañarme por ese motivo. Cree que he abandonado a mi propia familia y que sólo son para mí un sustento donde poder comer y dormir. Pero ¿cómo explicarle el motivo de mi vida whirlwind? Dicen que mientras uno es joven se le es viable hacer muchas cosas sean locas, inconscientes hasta estúpidas.
Mientras uno sea joven, cometer errores es necesario para aprender sea por las buenas o por las malas. ¿Cómo explicarles a mis padres que ya crecí? Siempre que les vengo con mi sermón de que “ya soy mayor” prefieren preguntarme sobre qué sé de tal o cual noticia política del momento. Yo en mi paciencia respondo como siempre.
Ahora que he podido encontrar un momento de paz en toda esta travesía, puedo decir que estoy en un momento donde soy la consecuencia de mis acciones más que de mis propias palabras. Para mí eso es bueno. Eso indica que soy la persona que está encaminando su mundo y que está buscando lo mejor para si mismo. Un poco egoísta ¿no? Si me dejara guiar por mis padres, mi vida sería un poco aburrida. Una vez, un profesor me dijo “cuando a tus papás no les guste lo que estás haciendo, estás encaminando bien tu vida”. Me reí. Yo le pregunté si él había cumplido con lo que me aconsejaba. Nunca voy a olvidar que me dijo “Por algo te lo digo”. Me llamó la atención que me dijera eso. Él siempre me consideraba como la alumna estrella de las finanzas y me decía que no perdiera el “charm” y la “diplomacia”, que así podría llegar muy lejos si me lo proponía. Sin embargo, ésta vez me estaba aconsejando a que fuera más rock ‘n’ roll que señorita que asiste a las funciones de ballet del teatro Segura todos los domingos religiosamente.
Han pasado tantos años y me doy cuenta que la razón siempre estuvo de su lado. Yo ya no soy la chica que va al ballet como solía ir. Que el “charm” se lo dejé a esas chicas que les gusta que le consientan y que la tan aclamada diplomacia la tengo para cuando uno debe ser formal. Pero no. Yo soy muy rock ‘n’ roll. Y no me refiero a la frase célebre que acompaña a esta palabra (sexo, drogas y rock ‘n’ roll). Me refiero a lo rebelde y revolucionario que fue, es y será. Por eso siempre he compartido más con este género musical que a otras. Puede que la Electrónica llene el ritmo en mis pies, pero el rock… llena mi alma. Está en mi espíritu.
Mi celular acaba de sonar, debo partir. Tengo tantas cosas por hacer que no me he percatado que tengo más de un evento que asistir y todos me escriben. Algún día de estos mi celular va a explotar y no por una falla de fábrica. A primera hora tengo que asistir a una charla para un evento promocional importante, después debo de asistir a una reunión de Staff de voluntarios, luego debo hacer muchos cuadros de Excel, pero ahora tengo un concierto rockero.
¿Y si pongo mi vida en manos de una banda de rock?
Lo lamento Oasis, pero no te voy a hacer caso esta vez.
Ya está decidido.
No hay vuelta atrás.