El café ha estado presente (y nada indica que dejará de estarlo) en muchas escenas del cine. Y si bien la lista resulta ser interminable, dejamos aquí una breve reseña de esas películas donde una taza de café humeante no pasa desapercibida.
En Taxi driver, de Martin Scorsese, esta bebida aparece en los pocos momentos en los que el personaje de Robert de Niro se relaciona con otras personas. Para sobrellevar el insomnio crónico que sufre desde su regreso de Vietnam, Travis Bickle trabaja como taxista nocturno en Nueva York. Es un hombre insociable que apenas tiene contacto con los demás. En este film, el café constituye un elemento socializador y símbolo del valor social que se le concede.
Créditos iniciales de Breakfast at Tiffany’s. En escena Audrey Hepburn, una mujer joven de la moderna burguesía de Nueva York que aparentemente lleva una vida fácil y alegre. Tiene un comportamiento bastante extravagante, como por ejemplo observar la vidriera de Tiffany (la lujosa joyería) con una medialuna y un vaso de café en la mano. Seguramente ese recipiente desechable no sea la mejor forma de tomar un exquisito café, pero no podemos negar que en manos de esta mujer cobra un aspecto elegante.
En The Birds de Alfred Hitchcock también es posible encontrar el café, tan negro como los molestos pájaros de la película. Es la bebida que preparan las víctimas de sus ataques: aparece cuando cubren puertas y ventanas para protegerse de los ataques de las aves, y lo preparan para que las personas no se duerman. La presencia del café en las películas de Hitchcock es recurrente y le ha dado siempre un papel importante, a pesar del dato curioso de que él era inglés y no vemos en sus fotogramas tanta importancia al té.
El cine en idioma español tampoco se queda afuera: en Los abrazos rotos, Pedro Almodóvar nos presenta a Penélope Cruz tomándose una taza de café. Pero posiblemente este dato no sea el más característico, sino que la marca italiana Illy se asoció con el director, quien diseñara una taza de café expresso inspirada en su película donde se ve multiplicada la cara de Penélope Cruz en matices pop al estilo de Andy Warhol.
El Rick’s Cafe Americain que da nombre al cabaret ficticio donde se filmaron algunas de las escenas más famosas de Casablanca, se trató de un mero decorado de Hollywood. Fue en marzo de 2004 cuando se abrió un Rick’s Café en Marruecos, recreando la arquitectura y decoración de la película, ante miles de turistas deseosos de sentirse parte de una historia de película alrededor de una taza de café.
Y tanto café merecía su película: en mayo de este año se estrenó en Seattle, capital cafetera de Estados Unidos, A Film About Coffee, documental sobre el impacto del café en la vida moderna. Su director Brandon Loper visitó fincas, cafeterías, torneos de baristas y catas de expertos. Según el mismo Loper “no importa la calidad de la bebida, la gente que ama el café, lo ama. El café habla de la gente y a mí lo que me interesa, en definitiva, es la gente”.