Los ladrones de tiempo: descúbrelos y afróntalos con efectividad
El tiempo ese gran confrontador, maestro, testigo y a veces hasta enemigo en el logro de nuestros objetivos en la vida. Hoy, frente a tantos distractores de esta era, es preciso comprender que no se trata de «gestionar el tiempo», sino más bien de la habilidad de poder gestionarnos a nosotros mismos.
El español Antonio Domingo, autor de Ladrones de tiempo: Una guía práctica para reconocerlos y ahuyentarlos, los define como «aquellos factores (generalmente externos) que conseguirán que nuestras horas desaparezcan irremediablemente y sin que podamos evitarlo e incluso sin que seamos capaces de percibirlo hasta que no han desaparecido y que no van a producir nada a cambio del recurso que hemos perdido».
Descubre los principales
Coaches, asesores y demás especialistas han venido desarrollando cantidad de clasificaciones sobre los ladrones del tiempo. A continuación, te presentamos una breve lista de los principales enemigos del tiempo con el fin de que aprendas a detectarlos con efectividad.
Ladrones de tiempo internos
Estos tienen que ver con cómo cada ser humano gestiona su tiempo y sus tareas. Es decir, con conductas y comportamientos que afectan la efectividad en la gestión de nuestro tiempo. Por ejemplo:
- La desmotivación.
- El desorden y la falta de planificación.
- Los hábitos inadecuados.
Ladrones de tiempo externos
Estos tienen que ver con aquellos eventos, situaciones o circunstancias que surgen y que se escapan de nuestro control. Por ejemplo:
- Visitas inesperadas,
- Las interrupciones digitales,
- Urgencias y trámites excesivos,
La ley de Carlson a nuestro favor
Este principio o ley debe su nombre al economista sueco Sune Carlson, quien en los años 50 pudo observar la incapacidad de sus empleados para mantenerse activos sin interrupciones por más de 20 minutos, pues siempre surgían, o bien llamadas telefónicas, o bien charlas entre ellos mismos.
Lo que recomienda Carlson es la posibilidad de agrupar las tareas por homogeneidad con el fin de poder hacerlas todas seguidas y sin interrupciones. Según él, «cuando realizamos estas tareas homogéneas, adoptamos un estado mental y una actitud que no se adquiere instantáneamente, y que nos permite poco a poco realizarlas más rápidamente». Lo recomendable es tomar un tiempo por bloques o tramos horarios determinados para poder ser más productivos.
Algunos métodos efectivos
Timeboxing o Pomodoros
Este es un método de gestión del tiempo desarrollado por Francesco Cirillo a finales de la década de los 80. Toma su nombre de la forma de tomate (pomodoro, en italiano) del reloj de cocina clásico. El método sugiere la distribución del tiempo en bloques que se fijan en periodos de 25 minutos de trabajo y periodos de 5 minutos de descanso.
La tarjeta roja
Se trata de confeccionar una tarjeta o indicador que avisa a las personas cercanas o que nos rodean que nos encontramos en un periodo de concentración importante para que, por favor, no nos interrumpan.
Getting Things Done
Es un método de productividad y organización personal desarrollado por David Allen, un consultor estadounidense, especialista en productividad. Este método está estructurado en dos elementos claves: control y perspectiva.
Para mantener el control y trabajar de manera más eficiente el método sugiere 5 etapas fundamentales: recopilar información, procesar lo recopilado, organizar lo procesado, evaluar de manera periódica, realizar eficientemente todos los compromisos de nuestra agenda.
No obstante, una buena sensación de control no es suficiente al momento de ser productivos, es necesario tomar perspectiva para identificar si realmente nuestras acciones van en la dirección adecuada. David propone 6 niveles de altitud:
- Acciones de tareas inmediatas en un mismo sitio y de una sola vez.
- Identificar los proyectos que requieren más de una acción para acometerlos (por ejemplo, comprar todo lo necesario para la semana ya que requiere no solo ir al supermercado, sino hacer la lista de compras y preparar el menú de la semana).
- Definir las áreas de enfoque y responsabilidad que nos muestran tanto los compromisos con nosotros mismos como con otras personas.
- Definir metas y objetivos que estén vinculados a nuestra visión.
- Tener claro qué es lo que encaja o no en nuestra vida y lo que se quiere lograr a largo plazo.
- Definir con claridad el propósito y los principios que rigen nuestras acciones, comportamientos y valores.
Como se puede observar, existen variedad de estrategias que podemos utilizar para que estos ladrones de tiempo que se encuentran por todas partes puedan ser manejados con conciencia y responsabilidad, y no al revés, es decir, jamás permitir que sean ellos los que nos manejen.