Todos tenemos una obsesión con perder kilos. Lo que siempre olvidamos es que no importa lo que comemos sino cómo lo estamos haciendo, así también la gran importancia del saber elegir correctamente nuestros alimentos.
* Mejor con alimentos frescos y naturales:
Los precocinados y comidas preparadas suelen tener más grasas y más aditivos que los alimentos frescos. No olvides comer a diario las 5 raciones de fruta y verdura recomendadas: así te asegurarás que no te falten vitaminas ni minerales y el aporte de fibra será notable.
* Mejor con alimentos integrales:
conviene consumir cereales integrales y no refinados (blancos). En el proceso de refinamiento se les quita las capas externas donde se encuentra la fibra y otras vitaminas y minerales. Elijamos pan integral, arroz integral, pastas integrales, etc. Recuerden que la fibra da más saciedad.
* Comer despacio, masticar bien:
el proceso de alimentación es tan importante como los alimentos que ingerís. Desde que empezamos a comer, la saciedad tarda 20 minutos en sentirse. Si comes muy rápido, no vas a llegar a sentirla y habrás comido de más.
* No te saltes o suprimas comidas:
el suprimir comidas sólo hará que en la siguiente tengas mucha más hambre y comas más de lo normal.
* No te olvides de hidratarte:
el agua es muy necesaria para el correcto mantenimiento de las funciones orgánicas. Nuestro cuerpo está compuesto por un 60-70% de agua, no olvides eso.
* Nada de “dietas milagro”
o dietas que te aconsejen otras personas porque a ellos les ha funcionado. Cada uno es un mundo y tu cuerpo reacciona de modo diferente frente a una dieta. No escojas atajos a la hora de perder peso, porque al poco tiempo volverás a recuperar peso y sólo se desordenara tu organismo con tales fluctuaciones de peso.