¿Cómo nos disponemos a afrontar la incertidumbre que cada día nos trae? ¿En dónde ponemos el foco?. Descubre desde qué lugar estás percibiendo tu vida: ¿Desde el papel de la víctima, o desde el papel del victorioso?
En los hombros de nuestro inconsciente habitan siglos de educación y cultura traducidos en programaciones que nos hacen creer que nuestro norte está afuera y que además todo lo que allí sucede es responsabilidad de entes, personas y situaciones que no tienen nada que ver con nosotros. No obstante, en paralelo o de manera simultánea, grandes filosofías y tendencias de las más variadas concepciones de la ciencia y la espiritualidad, representados por maestros y diversos líderes nos siguen mostrando todo lo contrario: somos responsables de nuestras decisiones, actos y comportamientos. Asumir o no esta verdad, siempre traerá sus consecuencias.
PODEMOS ELEGIR SIEMPRE
Toda circunstancia por muy retadora que sea, siempre se nos presenta como una oportunidad para poder elegir alguno de estos papeles: el de la víctima o el del victorioso.
Desde la víctima la sensación siempre es impotencia frente a los cambios en la cual las excusas se ponen a la orden del día. La frustración, la culpa, el desasosiego son las corazas de protección para no salir de la zona de confort y no pasar a la acción, aun cuando la queja y la insatisfacción mantienen el estado gris de desolación.
Ser victorioso, por el contrario, exige tomar total responsabilidad y compromiso por cada una de nuestras acciones asumiéndonos con gran actitud frente a la vida. Esta actitud, según John Maxwell, escritor y líder motivacional, nos da la energía necesaria para poder seguir nuestro propósito, expandir el potencial y hacer que el viaje sea más agradable sin importar a donde nos lleva.
En vez de culpar a otros, paralizarse o mantenerse en las excusas, ser victorioso implica siempre pasar a la acción, haciendo de los problemas grandes oportunidades para crecer y probar nuevas maneras de crear, construir y compartir en la búsqueda de soluciones efectivas.
ENCUENTRA LAS LLAVES
La clave para saber elegir el lugar del victorioso, está en el autoconocimiento, allí se encuentran todas las llaves que abren el mundo de posibilidades que habitan en nuestro interior: autoestima, poder personal, liderazgo, disciplina, compromiso, responsabilidad, unidas a la persistencia y acción traerá como resultado los mejores momentos y éxitos en cada una de las relaciones: consigo mismo, con el otro y con los diferentes entornos.
Las siguientes premisas son importantes a considerar para asumir una actitud victoriosa:
- Disponerse a ver lo mejor de cada circunstancia:
La llave de reencuadrar y mirar el aprendizaje detrás de cada situación por muy difícil que sea, siempre es una gran oportunidad para ampliar la mirada, acceder a nuestros recursos internos y disponerse para nuevos retos.
- Entregarse a lo que se hace
Una solución inmediata para la depresión y el victimismo consiste simplemente en darse a la vida con todos nuestros dones. Mientras más se entrega con amor lo que sabemos hacer muy bien, la vida se encarga de ofrecernos las mejores oportunidades.
- Abrazarse a la motivación
El éxito siempre es el resultado de una profunda motivación. Se trata de aferrarse a los sueños y no dar paso al desánimo o el desaliento. Se requiere de persistencia y esfuerzo para salir siempre adelante y mantener encendida la llama de la alegría y el entusiasmo.