Quizás nunca nos imaginamos que aquella época de cuentos, relatos e historias que tanto nos apasionaba cuando éramos chicos iba a volver con tanta fuerza en la era digital. Es que la oportunidad de narrar, en palabras del filósofo y ontólogo chileno Rafael Echeverría, nos otorga una manera de explicar el mundo y de delimitar nuestro rango de acciones, y, con ello, los resultados que están a nuestro alcance.
¿Qué es el storytelling?
La manera de narrar o contar historias que impacten, que conecten y generen profunda emoción en las mentes de las personas es lo que hoy por hoy se denomina storytelling, especialmente cuando está vinculado al marketing digital y a los negocios.
Christian Salmon, autor del libro «Storytelling», la máquina de fabricar historias y formatear las mentes, señala que ya no se trata «simplemente de convencer al consumidor de que compre un producto, sino sumergirlo en un universo narrativo, meterlo en un universo creíble. Ya no se trata de seducir o de convencer, sino de producir un efecto de creencia. Ya no se trata de estimular la demanda, sino de ofrecer un relato de vida que propone modelos de conducta integrados que incluyen ciertos actos de compra, a través de verdaderos engranajes narrativos».
Conectando con los clientes
Aquel viejo paradigma que ponía el énfasis en las características exclusivas o sobresalientes del producto o servicio durante largas horas explicativas ya quedó atrás. En la actualidad, lo más importante es sincronizar con las necesidades de la audiencia o del cliente, por ello es fundamental definir con quién queremos realmente «conectar» para que este se sienta identificado y «sincronice» con nuestra marca. No hay que mostrar la empresa como protagonista, sino más bien como parte del contexto.
Cómo hacer un buen storytelling
1. Integrar la historia con la marca o la empresa
Lograr que los principios, propósitos, objetivos o estrategias de la organización o la marca se reflejen de manera armónica en las historias que contamos es la clave primordial, no solo para lograr un mayor reconocimiento, sino para generar notoriedad y confianza.
2. Comenzar siempre con un objetivo
Es importante determinar la planificación de lo que se pretende con la campaña del mes: ¿posicionarse?, ¿fidelizar?, ¿vender? Si el objetivo es posicionarse, por ejemplo, hay que lograr una situación clave durante el relato para introducir una llamada a la acción. Igualmente, si lo que se busca es vender, hay que jugar con el clímax emocional que permita impulsar la compra.
3. Fomentar la curiosidad y expectativa
Narrar textos donde se destaque el proceso, la incertidumbre y los deseos de descubrir cuál será el desenlace final puede ser de gran estímulo para la audiencia. Es bueno comentar los inicios, el desarrollo e incluso hasta celebrar los finales para arrancar con algo nuevo; este es un ciclo que se debe tener en cuenta para poder mantener el entusiasmo.
4. Generar impacto
Despertar el interés del cliente, transmitir sensaciones, activar su imaginación y generar la necesidad de compartir nuestra historia ha de ser un impulso vital en el relato, de modo que todo esto permita a su vez desarrollar interacciones y relaciones duraderas, y, finalmente, lograr la fidelización. Para ello es muy importante contar con una línea de tiempo debidamente planificada para ir estableciendo un vínculo con el usuario.
5. Definir el estilo y tono del mensaje
Para lograr que nuestros potenciales clientes nos consideren como la mejor opción, hay que definir siempre cómo queremos transmitir lo que contamos, considerando los intereses del cliente, es decir, darle más importancia al tú que al yo. Mantener su atención y fidelizarlos con nuestros contenidos de valor, es una de las funciones de nuestros relatos.
El storytelling es un extraordinario arte que ofrece grandes ventajas, tales como humanizar la marca, generar confianza, permanecer en el recuerdo, conmover, inspirar y generar empatía para atraer el interés, movilizar a la gente y, en definitiva, lograr un buen marketing.