El otro día, tuve una charla con un taxista mientras me llevaba al centro. Después hablar de clima, política y algo de fútbol, salió el tema de lo que hago para ganarme la vida y con mucho orgullo me mostró una foto de su atractiva novia cincuentona. Sí, fue tan incómodo como suena. A continuación me dijo…
“¿Sabes lo que aprendí que más me ayudó con las mujeres?
No hay que dar tanta vuelta. Hay que avanzar – te va a decir que sí o que no. Es una respuesta de una sola persona. Cuando te encuentres una chica que te diga que “no”, búscate a otra que te diga que ‘sí’.”
Aunque a menudo descarto los consejos no solicitados en este tema de inexpertos, su “lección” tiene algo de cierto. Es simple pero es verdad – sólo porque una mujer en particular no esté interesada, no significa que al resto no puedas atraerle.
Y por mis experiencias sé, que la gente que se obtiene rechazos más a menudo, es la que tiene más éxito. Suena contradictorio, lo sé. Pero cuantas más puertas golpees, más aumentan tus chances. No hay otra explicación. Por lo tanto, debes ver el rechazo como algo bueno. Debes por eso saborearla y tolerar las miradas indiferentes y los oídos sordos.
La sensación es pasajera
Lo que experimentas es parecido a cuando te golpean. Tenes que entender que ningún hombre le gusta a todas las mujeres. Ni BradPitt. La inatención es parte del juego. Tarde o temprano va a aparecer, entonces cuanto más temprano mejor.
Cuando era más joven, me aterrorizaba la sola idea de estar envuelto en una pelea. Una noche estábamos con un amigo y una amiga paseando. En un centro comercial nos encontramos con dos de sus amigas. Saliendo del lugar, nos cruzamos con un grupo de más de una docena de tipos, mucho más grandes que mi amigo y ni que hablar de mí.
Ellos piropean a las dos chicas, de forma casi inocente, sin groserías ni nada por el estilo. Ellas al alejarse, comienzan a insultarlos. Nos separamos, y unos diez minutos más tarde los cruzamos en otra calle.
Nuestra amiga corre y quedamos mi amigo y yo solos frente a más de 12 tipos. Digo ese número porque no alcancé a contar. Se para uno frente a mí y me increpa, mientras del otro lado uno me quita la gorrita que estaba usando. Como no era mía, era importada y en ese momento muy cara, me giro para quitársela y el tipo se para como para pelear.
Hago lo mismo y cuando estamos por intercambiar golpes, viene uno desde mi derecha y me pone una trompada que me sienta en el suelo. Me dejó viendo las estrellas.
Me levanté como pude para tratar de devolverle algún golpe pero mientras me incorporaba, se fueron. Un minuto después de que todo pasó, sin embargo, recuerdo claramente sentir una ola de alivio. Me golpearon, me dolió un poco, pero luego se terminó. Todo lo que antecede una pelea era infinitamente más aterrador que la pelea en sí.
Desde esa noche, no he tenido miedo de que me golpeen. Eso me inspiró a tomar clases de boxeo, participar de forma amateur (cuando era más joven y estúpido), y de vez en cuando tener problemas en bares con bravucones.
El rechazo es lo mismo. Una chica te dice que no, duele un poco, y luego pasó. Cuanto más te expongas a eso, menos aterrador será y más fuerte te harás. Te soy sincero, llega un momento en el que casi no duele de acuerdo a la experiencia de cada seductor.
Y también, hay un momento en la noche después de X acercamientos, en que te garantizo que ni te importa para pasar a la siguiente con una sonrisa en tu rostros.
¿POR QUE LE TEMES TANTO AL RECHAZO?
¿Por qué te tomas el rechazo tan personal? ¿Por qué te afecta tanto – durante días, semanas, meses o incluso años?La respuesta corta es porque simplemente no te han rechazado lo suficiente. Es que no has “sobrevivido” luego del rechazo las veces suficientes para decir: “Ey, eso no fue tan malo”.
La respuesta larga es, porque cuando has trabajado tanto para protegerte, todo lo que amenaza tu ego es devastador.
Algo así sucede:
- Te sientes inseguro.
- Construyes un muro para protegerte.
- Te niegas a exponerte a situaciones de vulnerabilidad que desafíen tus inseguridades (como ser rechazado).
- Rara vez te arriesgas y cuando no funciona, todo tu muro se desmorona.
- Te enojas, te frustra, o te deprimes.
Debido a todo esto, el rechazo se vuelve mucho más personal y tóxico para tu autoestima. Yo estuve ahí, se lo que es sentir inseguridad y no hacer nada.
Por ejemplo, digamos que no tenes mucho éxito en el tema mujeres. Un día, finalmente reúnes el coraje para abordar a una chica. Ella se da vuelta y te dice que no le interesas. Ella era tu única oportunidad y lo estropeaste.
Por supuesto que vas a sentirte como si fuese una pérdida tremenda. Hasta ahora tu única experiencia de referencia es ser rechazado. 0/1 – una tasa de éxito de 0%.
Pero no debes parar ahí. ¿Y si encaras a otra chica? ¿Y si ella responde positivamente?
Ahora tienes una experiencia de referencia positiva. Verás que el otro rechazo fue un hecho aislado y temporal. No fue el final de toda tu vida social. Y ahora tienes una tasa de éxito del 50%.
Por eso tus probabilidades aumentan con cada encare.
Así que si piensas que el rechazo es horrible, recuerda: evitar el rechazo es una forma garantizada de seguir inseguro y no ver los resultados que deseas en la vida.
CONFIANZA A TRAVES DEL RECHAZO
Hace ya varios años, deliberadamente me metí en situaciones incómodas donde la gente podía decirme “no”. Al igual que con la golpiza, quería perderle el miedo al rechazo.
He escrito en varios lugares sobre eso, por lo que cuando me convertí en coach seguí ese “método de choque”, si se quiere, en mis clientes y alumnos.
Por eso debes comenzar desafiando un poco tu zona de confort. Trata con rechazos pequeños y manejables y avanza desde ahí.
- Ve a una McDonald’s y pide algo que sepas que no tienen.
- Pregunta a un desconocido alguna dirección absurda, como “dónde está el obelisco” estando en frente o cosas así.
- Pide que te dejen adelantarte en la fila.
- Pídele a un extraño en la calle que te preste $ 20.
- Llama un número aleatorio y pregunta por “María”, cuando digan que es equivocado pide que te recomienden una película.
- Ofrécete a pagar la cuenta de un restaurante lavando platos.
- Baila en medio de la calle o canta a viva voz.
- Haz contacto visual con alguna mujer atractiva frente a ti. No desvíes la mirada hasta que ella lo haga.
- Escribe en un pedazo de papel, “¿Queres tomar un café alguna vez? Escribe tu número en caso afirmativo, devolvelo si no“. Dale eso a una mujer al azar que encuentres atractiva.
- Preséntate a una mujer al azar e inmediatamente pídele su número.
- Preséntate a una mujer al azar usando una frase de encare ridícula.
- Pídele a una chica que te invite un trago.
- Pregúntale a una mujer al azar si quiere ser tu novia.
- Si una chica se niega a darte su número, quédate ahí unos 20 segundos más. Mantén el contacto visual. Hazle saber que aprecias igual la charla. Luego sonríe, estrecha su mano, y deséale un buen día.
El punto de este ejercicio es que entiendas de forma pragmática que si te rechazan, no vas a morir. Incluso cuando te rechazan, no es tan doloroso como uno lo creería.
Deja de tratar de evitar el rechazo. Es una parte inevitable a la hora del encare. Podes refinar tus habilidades sociales para mejorar tus probabilidades, pero igual en algún momento, por A o por B, alguna no tendrá interés en conocerte.
Eso pasa en los negocios, con las amistades y en las actividades románticas. Por eso debes a manejar ese rechazo y hacerlo tu aliado en lugar de tu enemigo.