Cualquier cirugía, sea pequeña o grande, es complicada de sobrellevar. La operación, la anestesia y los dolores posteriores suelen ser estresantes.
Por María Alexander | Argentina
El período que sigue a una intervención quirúrgica es tan importante como la intervención en sí para lograr recuperarse de la mejor manera y volver a llevar adelante una vida normal.
El nombre de ese período que se produce tras una intervención quirúrgica es el postoperatorio. “Post-operatorio” o “posoperatorio”, son formas incorrectas de mencionar el tiempo de recuperación luego de una operación.
Cuando nos operamos, sea cual sea la razón o la causa de la operación, nuestro organismo sufre cambios y ellos se manifiestan a través de signos y síntomas a los cuales hay que prestar mucha atención ya que es nuestro cuerpo hablando y expresando lo que siente. Si la parte del cuerpo operada siente dolores agudos, no hay que hacer caso omiso sino todo lo contrario.
El postoperatorio puede dividirse en 3, según el tiempo que pasa desde la operación en adelante: el inmediato, el mediato y el alejado. El inmediato es el período que sucede en el hospital durante las primeras horas y en el cual se controlan los signos vitales, la tensión arterial, el pulso y la respiración. También se presta especial atención a la herida operada y a la hidratación del paciente. En segundo lugar, el mediato, que comprende el período desde la cirugía hasta el pre-alta del paciente. Aquí se controla principalmente la fiebre y la función intestinal. Por último, el postoperatorio alejado, el período fundamental para la evolución de la cicatrización y la evolución de la enfermedad tratada.
La etapa alejada o tardía del postoperatorio es la más importante para llegar al alta del paciente. Aquí hay que prestar atención a los cuidados que uno debe llevar adelante en su propia casa. Los cuidados suelen ser: manejo de una dieta, control de la temperatura, control de los signos vitales, movilización, posición adecuada en función de la cirugía realizada y el momento del baño para evitar mojar la cicatriz.
El tipo de dieta depende del tipo de operación pero la mayoría suele iniciar con una dieta líquida (sólo agua o té) para ver la tolerancia del paciente. Si luego de eso no hay náuseas ni vómitos, se puede ir incorporando alimentos sanos como la gelatina, el puré, el pollo, vainillas y galletitas de agua.
Descansar es también muy importante. Cuántas más horas de sueño acumulen, mejor se sentirán y más energías tendrán. Es por eso que, luego de un proceso quirúrgico, el tiempo de descanso es fundamental. No sólo irse a dormir temprano sino también hacerse un espacio para dormir una siesta.
Cuando uno tiene puntos, no debe realizar actividad física. Sin embargo, luego de que el cirujano quita los puntos, es importante incrementar lentamente la actividad física. Realizar caminatas diarias de 30 minutos para tener una buena circulación es imprescindible.
Los postoperatorios suelen ser estresantes, dolorosos y cansadores. Por eso es fundamental tener paciencia, hacer la dieta que indica el médico y descansar mucho para recuperarse de forma correcta.
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