En junio de este año, soldados de China e India, los dos países más poblados del mundo, con enormes ejércitos y armas nucleares, se batieron sin utilizar armas de fuego a lo largo de acantilados escarpados a más de 4 mil metros de altitud que dominan el valle de Galwan, territorio en disputa por ambos países. Los enfrentamientos a golpes de puño entre soldados chinos e indios son habituales en la frontera, pero no habían llevado a ninguna muerte en las últimas cuatro décadas hasta este último suceso en 2020. Según las autoridades de Nueva Delhi, la confrontación dejó un saldo de al menos 20 soldados indios muertos. Estas aseguran que también hubo bajas chinas, si bien el gobierno de Pekín no confirmó un número de víctimas.
Historia
Hasta la actualidad, China e India siguen en desacuerdo sobre dónde se sitúa exactamente sus fronteras en diferentes puntos, y parte de las diferencias tienen su raíz en la demarcación fijada por los administradores coloniales británicos de India. En 1962, esto llevó a una breve pero brutal guerra. Mientras el mundo contenía el aliento con la Crisis de los Misiles de Cuba, el ejército chino invadió el territorio indio. Tras semanas de enfrentamientos y pese a la superioridad patente de las tropas chinas, el entonces primer ministro chino, Zhou Enlai, ordenó el alto el fuego, poniendo fin a la guerra. La derrota de India permitió a Pekín confirmar su control sobre el área Aksai Chin, en el lado occidental de la frontera y situada en la conflictiva región de Cachemira.
Lo que hace tan peculiar a este enfrentamiento, es que, en noviembre de 1996, China e India acordaron no utilizar armas a lo largo de su frontera, conocida como la Línea de Control Actual (LAC). Esta demarcación se basa en la línea de alto el fuego acordada informalmente tras la guerra que enfrentó a ambos países en 1962.
Ahora, ¿qué es exactamente la LAC?
La LAC se considera la frontera de facto entre territorio controlado por China y por India a falta de un acuerdo sobre una frontera real. Atraviesa algunas de las zonas más inaccesibles del mundo, a gran altitud y en su mayoría inhabitadas, entre ríos, picos nevados o lagos que complican su definición. Esto genero constantes encontronazos entre tropas chinas e indias en diversos puntos de esa frontera de facto.

¿Qué hay detrás de la disputa?
Varios factores explican esta confrontación tan particular, pero la raíz es la rivalidad entre ambos por sus objetivos estratégicos. India y China tienen reclamaciones territoriales superpuestas. India asegura que China está ocupando 38.000 kilómetros cuadrados de su territorio, que tiene que ver con el área donde ocurrió la confrontación de junio de este año. China se atribuye la soberanía de todo el estado indio de Arunachal Pradesh, al que llama Tíbet del sur.
A la compleja relación se suma la desconfianza generada por otros asuntos, como el asilo que India concedió al dalái lama en 1959, que Pekín denuncia tras el fallido levantamiento popular de 1959 en Tíbet; el apoyo estratégico de China a Pakistán, rival tradicional de Nueva Delhi, quien acusa al primero de ayudar al último a adquirir tecnología nuclear y de misiles; y la decisión de India de derogar la autonomía de la disputada Cachemira. Además, la complicada relación entre ambos países lleva a que China vea a India como un país que podría colaborar potencialmente con sus rivales tradicionales en la zona, como EE. UU., Japón y Australia.
Un conflicto que no beneficia a ninguna de las dos potencias
También existen varios factores por los cuales ambos países prefieren vivir dentro de esta tensa calma, China sigue siendo el segundo socio comercial de India. Y, como ocurre con otros socios comerciales, Pekín disfruta de un gran superávit. Además, ambos están más concentrados en lograr levantar sus respectivas economías a partir de la actual pandemia del COVID-19 y, es importante reconocer que ambos tienen un historial creíble en lo que respecta a mantener una relativa paz y estabilidad a lo largo de la disputada frontera. Pero no hay que dejar de ver el desarrollo de los acontecimientos entre los dos colosos asiáticos, ya que se ha demostrado a partir de lo sucedido este año que cualquier chispa puede hacer estallar este peculiar conflicto que existe en esta zona tan inhóspita, pero, a la vez, tan importante para ambos países.