Historia de Motivación.
Por Joale Aristimuño.
SIN “QUINCE Y ÚLTIMO”
Desde que decidí dejar mi último trabajo en la vida 1.0, ese del que recibes “estabilidad laboral”, resultado de un “quince y último” dedico gran parte de mi tiempo a investigar, navegar por Internet y para seguir puliendo los detalles de mi proyecto de vida. Acá les contaré mi experiencia tras haberme topado en iInternetun artículo de @Meseali donde describía de manera magistral, entre líneas, lo que me había sucedido poco tiempo después de dejar de recibir el “chequesito” de mi sueldo.
Soy Licenciado en Comunicación Social, egresado de la Universidad Yacambú en Barquisimeto, Venezuela, ya con cortos, pero fructíferos 3 años de graduado he dado grandes pasos dentro de los medios de comunicación de mi ciudad, a lo que se preguntarán, “¿Y entonces? Cómo en tan corto tiempo infieres en la posibilidad de estar sin un suelo?” A lo que les responderé, “Simple, me cansé de los Jefes” y qué rápido.
Entre tantas cosas, Meseali cita en su artículo, una frase de Tony Gaskins, «Si no construyes tu sueño, alguien te contratará para que le ayudes a construir el suyo».
Frase que rondaba en mi cabeza, luego de haber dejado mi trabajo, que sin duda alguna me lo disfrutaba desde las 7 de la mañana de un lunes, hasta los domingos a las 10 de las noche, ¿poco tiempo para descansar, no? Pues sí, con tan solo meses de haber egresado, tuve la oportunidad de gerenciar una de las Radios mejor posicionada en mi ciudad, sin embargo, el nivel de responsabilidad lo tomaba a pecho, tanto, que a pesar del sueldo que devengaba, poco podía disfrutarlo, ¡no quedaba tiempo!
En el momento que decidí dejar mi oficina con aire acondicionado, majestuosa silla ejecutiva, gozando de los beneficios de un gerente de un medio de comunicación, sólo sentía un profundo vació, me preguntaba repetitivamente, ¿qué será de mí y mi carrera al dejar todo esto? recordé que tenía un sueño, que había engavetado desde el momento en que me vestí, defendí y entregué todas mis ideas a una marca, que no era mía.
Nunca pensé que hacer los trámites para emprender una compañía sería tan cuesta arriba, sin embargo, debo confesar que aunque no soy millonario, en dinero, me siento pleno y cómodo en construir todos los días parte de mi sueño. Luchar con los comentarios de familiares, amigos y compañeros con sus «Y cuéntame, ¿cómo va tu negocio? ¡¿Sí está creciendo?!» de forma sarcástica, era prácticamente un deporte extremo, hasta el momento en que dejé de invertir tiempo y atención en este tipo de palabras y seguir cumpliendo el sueño, tener mi propio medio de comunicación.
De manera qué, esa quizá, idea “descabellada” de renunciar a un quince y último, siempre valdrá la pena, si se trata de ir tras los sueños. Debemos salir preparados y convencidos del proyecto que se tiene en mente, culturizar, y contagiar tus ganas es parte del trayecto del desapego a ese quince y último y por supuesto, la paciencia será tu mejor amiga, sobre todo cuando necesites dinero, o simplemente tiempo para tu novia/o, la burocracia será la mejor forma de poner en práctica tus altos niveles de paciencia.
¡Adelante, atrévete a cumplir tus sueños, quizá no haya quince y último pero sí, días enteros de placer por ver crecer tus proyectos! ¿Tienes en mente dejar tu trabajo por formalizar tu proyecto de vida? No soy experto, ni el mejor ejemplo, pero si te sientes identificado con esta experiencia, te invito a que dejes tus comentarios acá abajo, o me sigas en mis redes sociales.