Este es el mejor momento para ser emprendedor, eso todos lo sabemos, las posibilidades que tenemos a nuestra disposición debido a la tecnología nos abren la puerta para contactar con clientes de todo el mundo y adquirir conocimientos esenciales para tener éxito de manera prácticamente gratuita. A la par muchas empresas de gran tamaño han comenzado a optar por la subcontratación de personal para realizar varias de sus actividades del día a día y como la ley de la oferta y la demanda plantea, el número de personas que ofrecen este tipo de servicios como independientes ha aumentado. Si bien esta es una tendencia que se venía desde hace muchos años, en Latinoamérica no se había dado con tanta fuerza hasta la pandemia. Entonces surgen las siguientes preguntas: ¿Conviene más ser freelance que emprendedor? ¿Cuál es mejor? ¿Acaso son lo mismo?
El freelance puede ser definido como una persona que realiza un trabajo (generalmente proporcionando un servicio) de manera independiente a un particular o una empresa. Este servicio puede ser cualquier cosa, pero la idea general es que el freelance se pone a si mismo el título de experto, vendiéndose a sí mismo para generando relaciones laborales o simplemente ganar dinero. Podríamos decir que un freelance es una empresa de un solo hombre o mujer.
Pero bien, con esta definición podemos decir que un freelance es un emprendedor ya que se dedica a vender un servicio a alguien más generalmente resolviendo una necesidad y estableciéndose como un experto. Es más, los freelances más exitosos tienen marcas alrededor de ellos y comienzan a asemejarse más a una empresa que a un freelance como tal y es que ese es mi punto precisamente.
Para mí, un emprendedor es la evolución natural del freelance. Puesto que todos los emprendedores ya sea que comencemos solos o no comenzamos como una persona tratando de vender una idea, tratando de posicionarnos como expertos y de demostrar que nuestros productos o servicios valen lo que cuestan. Es lo mismo para un freelance, ya sea que trabaje dentro de una plataforma en línea o como un profesionista convencional.
Habiendo dicho lo anterior podría parecer natural pensar que ser un emprendedor es mejor que ser freelance puesto que tienes más potencial de crecimiento, mayor alcance de mercado puesto que trabajas con un equipo y no estando tu solo y sobre todo puedes generar mucho más valor a un número mayor de personas. Y si bien todo eso es cierto, todo viene con un costo. La posibilidad de éxito es más escasa pues hay más factores en juego, liderear a un grupo de personas es una tarea muy complicada y de la cual no todo el mundo es capaz y la cantidad de trabajo simplemente es abrumadora como emprendedor.
Ahora, como freelance tampoco es fácil. Tienes que conseguir una cartera de clientes lo suficientemente grande y estable para poder vivir a tiempo completo de ello, hay mucha más competencia de la que imaginas y al comenzar simplemente eres un don nadie que espera que le paguen.
Lo que quiero demostrar aquí es que ningún camino es el adecuado para todo el mundo, depende por completo de la persona ¿De qué te sientes capaz de lograr? ¿Cuáles son tus objetivos personales? ¿Qué es lo que es mejor para tus clientes?
Todas estas preguntas debes cuestionarte antes de comenzar a ser un plan de trabajo. Ambos caminos son maravillosos e incito a cualquier persona a que lo intente por sí mismo pero que sea poco a poco. Renunciar a un trabajo estable para perseguir un sueño de la noche a la mañana no es un plan viable, debe de haber un proceso de transición hasta que tú te sientas cómodo y capaz de seguir adelante por tu cuenta.
De cualquier manera, te deseo todo el éxito del mundo y espero que sea lo que sea que te propongas, lo logres y cumplas tus sueños.
Escucha el podcast de José aquí: Entrepicast