Muchos creen que lo que caracteriza a una persona «exitosa» es estar siempre agobiada de compromisos. Esto, por lo general, es lo que se considera «ser productivo». Sin embargo, te puedo asegurar que el verdadero éxito no tiene nada que ver con estar ocupado todo el tiempo, sino más bien con planificar tu tiempo, de modo que te rinda mucho más e, incluso, puedas disfrutarlo.
Ser productivo, ¿un defecto o una virtud?
Hay tres virtudes en Occidente que fueron convirtiéndose poco a poco en vicios o defectos:
- la eficiencia,
- la puntualidad
- y el deseo de éxito.
No hace falta que profundicemos demasiado en estos tres conceptos para aceptarlos como algo positivo, pero seguramente estás esperando que te diga cómo o por qué se fueron transformando en defectos. Y eso es lo que haré. Al menos, compartiré contigo una teoría.
El deseo de éxito —por supuesto, legítimo— se fue convirtiendo poco a poco en obsesión, lo cual afectó muy pronto a los dos puntos restantes, de manera que la eficiencia y la puntualidad pasaron a ser simplemente un camino obligatorio para llegar al éxito. Hasta aquí, todo bien. El problema es que muchos decidieron ahorrarse este camino.
Hoy en día, la gran mayoría de los que se dicen «eficientes» solo lo son de la boca para afuera, y esto ocurre porque pretenden llegar al éxito sin esfuerzos, tan solo porque lo desean. Para ocultar esta falta de eficiencia y dar una imagen profesional y «productiva» de sí mismos, asumen varios compromisos a la vez, compromisos que después no pueden realizar, precisamente, por su falta de eficiencia.
Como ya habrás adivinado, la eficiencia está ligada a la capacidad de cumplir con ciertos objetivos dentro de un tiempo determinado, y la puntualidad, por lo tanto, sería tu herramienta para hacerlo.
Resumiendo, para ser en verdad productivo no debes poner tu deseo de éxito por encima de tu eficiencia ni tu puntualidad. Y ten en cuenta que, cuando hablo de puntualidad, no solo me estoy refiriendo a que evites llegar tarde a una cita (después de todo, eso le puede pasar a cualquiera, ¿no crees?).
Mejor que productivo, proactivo
Hay un dicho popular que dice más o menos así: «El que mucho abarca poco aprieta». Y significa más o menos que no te conviene hacer más cosas de las que puedes manejar. Bien, muchos de lo que se consideran a sí mismos «productivos» incurren en este error, y, como te imaginarás, eso no puede conducir a nada bueno.
Es que cuanto más desorganizadamente ocupado estés, más posibilidades de que falles en tus tareas tendrás. Y hasta incluso podrías llegar a llevarte un pico de estrés de regalo. Por eso, te aconsejo que te quites ese viaje traje de «persona productiva», y te pongas algo más cómodo y más a tono con tu personalidad.
Si me pidieras un consejo, te diría que, en vez de complicar tu vida queriendo ser «productivo», intentaras ser proactivo. Una persona proactiva procura realizar todas las acciones necesarias para cumplir con la obligación adquirida, pero organizada y responsablemente, conociendo los tiempos y los procesos que requerirá para llevar a cabo cada una de ellas.
Siendo proactivo, serás capaz de conseguir todo lo que necesitas de quien lo necesites para no fallar en aquello que te comprometiste a hacer, pero sin volverte loco en el proceso, dándole su justo tiempo y lugar a las cosas. ¿Te parece difícil? No te preocupes, hay una manera ideal para hacerlo.
Enfócate y planifica
Puedes asumir todas las tareas que quieras (e incluso más) si te tomas tu tiempo para planificar tus acciones y metas a corto plazo. Para ello, necesitarás enfocarte en el aquí y ahora, y pensar, repensar y reflexionar lo suficiente en aquello que deberás hacer para cumplir con tus objetivos.
Sí, tómate un tiempo para organizarte, para analizar tus opciones, para ver qué acción es la que más te conviene en cada caso. Sé que en el mundo en que vivimos, donde todo parece movido por el vértigo y la velocidad, tomarse un tiempo para pensar en lo que sea parece algo imposible. Bien, te puedo garantizar que no solo es posible, sino que hasta te resultará profesionalmente conveniente. Organizando tu tiempo, podrás rendir mejor en tus tareas y, además, tendrás la posibilidad de reservar unas horas de ocio creativo para ti (y también, por qué no, unas horas de ocio «a secas»).
Lo importante es que aprendas a hacerte amigo de los procesos y que entiendas que no todo debe hacerse de inmediato. Pues si hay algo que entendí a partir de mi experiencia es que la paciencia es sabia, pues nos enseña que la vida sigue su propio ritmo independientemente de nuestras prisas.