Por María Francia Fernández | Argentina
En el amor de pareja la mayoría está buscando lo igual, lo más parecido posible, pero no aceptan lo diferente, y resulta que no hay posibilidad de crecimiento sino en lo distinto, en lo igual no se crece, lo igual sirve para protegerte, sentirte cobijado, apoyado, no digo que esta mal, por supuesto que las afinidades tienen su valor, pienso que estar bien con alguien es muy fácil, y si se quiere un amor, “porqué no codificarlo” para que eso se expanda a un amor que sirva, que funcione, no como lo pintan, y sobre eso, te vuelves un soñador compulsivo.
Quisiera acercarles mi propuesta que creo, sí o sí cualquier relación es necesario que pase por ellas, y ésta tiene que ver con sus tres fases.
- La Ilusión: cuando conocemos a alguien, y ese ser llega a tocar las fibras mas intensas de nosotros, nos hace sentir maravillosamente, y nos llega a hacer desplegar sueños a futuro, ese mundo ilusorio hace que ninguno se muestre del todo, porque definitivamente si muestras las debilidades mas profundas, haces que se pierda la ilusión que se esta gestando. Cuando ya esa relación esta consolidada, empiezas a enfrentarte con fantasmas que no se conocían de esa persona, porque permanentemente no estabas con ella, pasan por los peores momentos, los mas feos escenarios dentro de las confrontaciones, y todo eso por supuesto va en detrimento de ese mundo ilusorio donde todo era perfecto, donde todo iba bien, y donde tu querrías quedarte allí. La mayoría de las relaciones se pierden, se rompen, se terminan, porque se quedan en la desilusión.
- La Desilusión: suena a analogía decir que es la etapa más nutritiva, pero nada fácil ni sencilla vivirla, y es que para vivirla si antes no generas una matriz que te sirva, que funcione, si tu no te tienes a ti, una parte importante de ti mismo, te va costar muchísimo vivir en la desilusión, porque sencillamente en nuestra cultura estamos programados para el exterminio, donde lo que no nos sirve se deja, y no nos damos cuenta que lo mucho de lo que dejamos tiene aspectos servibles importantes que se pueden transformar, pero parece que es mas fácil pensar que eso lleva mucho trabajo, y usamos las excusas, y es que para eso se inventaron, ¿ no? y decimos: “Es que yo me desilusioné porque yo compre un ser y resulta que es otro, al principio era una cosa y se convirtió en otra !Típica metáfora de parejas en conflicto!
En ese periodo de desilusión, sostenido por una cantidad de cosas que se han debilitado ya, surge la gran pregunta: ¿Qué hago yo aquí?, con esta persona que cada día me es mas distinta, me es mas extraña, no se por donde abordarla, cada día se me vuelve un ser mas neurótico, pero ahí es donde está también la etapa en una persona con cierto estado de autoestima y madurez que dice: ¡Que voy a hacer con esto; qué me está mostrando esta persona con sus rasgos mas hermosos pero también con sus rasgos mas oscuros, como voy a manejar esto y con que me voy a quedar de todo esto!. Es aquí cuando se debe entrar al laboratorio personal, ver nuestra capacidad de transformación y decidir si quedarnos o no en esa relación, pero no les puede ganar el miedo, porque el miedo los va a sacar de ella, y se dicen interiormente !Deja eso así!, !Hay mucha gente en el mundo, tu mereces otra cosa, no te quedes ahí! Yo creo que es importante quedarse hasta que uno pueda transformar las cosas, inclusive para que esa transformación te diga: hasta aquí llegue. Y luego cuando la relación está quebrada, se entra en el momento de la tercera fase: la reconstrucción.
- La Reconstrucción: ¿Cómo vamos a reconstruir esto?, que sirve, con que me quedo, vamos a empezar de nuevo, vamos a buscar esos pedacitos que funcionen para ver como los armamos, vamos a hablar, hablar, hablar para que nos ayudemos a aceptar eso que nos cuesta tanto tolerar de cada uno, ó, sencillamente no me interesa esto; esta etapa es fundamental porque genera un efecto de madurez y evolución en la relación. Por lo tanto amigos, ninguna relación escapa de la ilusión, la desilusión, la reconstrucción; primero haz ese trabajo del amor y después decide.