Además, de no poder realizar lo que le gustaba, debía realizar tareas designadas para su género, día tras día, por ejemplo: limpiar, cocinar, cuidar a los niños, bordar, hacer las compras, lavar la ropa, tener ordenada la casa, acompañar al marido y lo más importante servir al marido.
Esa imposición comenzaba desde que nacían, las nenas de rosa y los nenes de azul; las nenas juegan con muñecas y los nenes con pelotas de futbol; las nenas usan vestidos, polleras y los nenes usan pantalones cortos y largos; las jóvenes no van a bailes solas, en cambio, un joven puede ir solo; las jóvenes tienen un horario determinado para regresar a casa y los muchachos podían regresar a cualquier hora; las mujeres tenían que llegar vírgenes al casamiento, en cambio, a los hombres jamás se les exigió nada de eso.
Pero, hubo un momento en el que las mujeres se organizaron, y dieron un gran paso en la historia de su género, por ejemplo: adquirieron derechos laborales, igualdad de género, derecho a voto, derecho a estudiar, derecho a tener elección de cambio de género, derecho a elegir la orientación sexual con la que se sienta representada, derecho a un salario justo, derecho a estar con quien desee, derecho a casarse cuando se sienta preparada, derecho a tener un permiso a la maternidad, derecho a poder elegir a ser madre soltera, derecho al divorcio, derecho a salir de su casa sola, derecho a que no se ejerza ningún tipo de violencia en ella, derecho a tener una obra social propia sin depender de un “hombre”, derecho a realizar cualquier deporte, derecho a ocupar cualquier cargo en un empleo, derecho a expresarse como quisiera, derecho a adoptar, derecho a pertenecer a un sindicato o gremio, derecho a poder realizarse inseminación artificial, derecho a participar de marchas y manifestaciones, derecho a no ser tratada como un objeto sexual, derecho a tener el cuerpo que desee, derecho a realizarse personalmente y profesionalmente como cualquier otra persona ya que es un sujeto de derechos plenamente.