Poner una alarma, monitorear nuestros patrones de sueño, conectar con nuestros amigos y seres queridos.
Estar al tanto de temas y personas que nos interesan, hacer las compras para la casa, ver y enviar correos, escribir un memo para la oficina, recordarnos nuestros pendientes y hasta, si queremos, hacer ejercicio.
Todo eso y más es posible hacerlo con nuestros smartphones y tablets gracias a la gran variedad de aplicaciones que tenemos a nuestra disposición.
Podemos considerar la frase There’s an app for that (hay una app para eso) una especie de mantra para toda la generación de usuarios que se han hecho de un smartphone en los últimos 10 años.
Los smartphones y el rápido crecimiento de la industria de apps nos están abriendo las puertas a un sinnúmero de opciones y posibilidades de negocio.
Sin embargo, pese a su omnipresencia, apenas estamos empezando. De acuerdo a un reporte de la herramienta de analytics App Annie, retomado por el Washington Post, la ‘Economía basada en apps’ crecerá a 6.3 millones de millones de dólares para 2021.
América Latina también juega
En América Latina, el diario El Universal de México publicó el año pasado los resultados de un reporte de la consultora Newzoo, el cual revela que los consumidores latinoamericanos gastaron 1.3 mil millones de dólares en 2015, cifra que aumentará a 6.4 mil millones para 2020.
A medida que los desarrolladores de apps entiendan los principios de Transformación Digital, en los que el valor que agregas al usuario es lo más importante, veremos cómo los consumidores eligen pagar por la versión premium de sus servicios.
Tal es el caso de Spotify, que en 2016 en México fue la número 6 entre las aplicaciones más utilizadas por los usuarios, pero en ganancias fue la primera, debido a que éstos deseaban experimentar el valor agregado que les ofrece la versión de paga de esta aplicación, de acuerdo a datos del IDC.
Agregar una experiencia nueva, no traducir el sitio web
Otro de los factores fundamentales para el éxito de la app economy es entender que esto no se traduce simplemente en traspasar la experiencia de la página web al dispositivo móvil, pues hay que entender que la experiencia en una pantalla de computadora es fundamentalmente distinta a la que tenemos en un móvil.
Por esta razón muchas apps son exclusivas para el móvil o su experiencia fundamental sólo funciona en él, (pensemos por ejemplo en Instagram, que aunque sí tiene una versión web, su núcleo fundamental, que es el compartir fotos y videos a través del feed o las stories sólo funciona en móviles).
O al contrario, hay sitios y propiedades web que, al no poder garantizar una experiencia óptima en app, deciden construir su arquitectura respetando los principios del diseño responsivo y simplemente asegurándose que la experiencia será igual de cómoda en una pantalla de computadora que en una móvil.
Ese es el caso de CuentasOK, la compañía de la que actualmente soy el CEO, y que al entender que su experiencia se vive principalmente en ordenadores (es una plataforma contable en la Nube), decidió no sacar una app para móviles.
Evidentemente, como en todo hay excepciones, y una de las más evidentes la podemos encontrar en Whatsapp, que supo llevar su experiencia fundamental de móvil hacia la computadora y nos dio Whatsapp Web, que si bien al principio era una versión muy light de Whatsapp, poco a poco ha incorporado casi todas las funciones de la aplicación móvil.
VR, Inteligencia Artificial y Realidad Aumentada: el futuro
Me gustaría comentar sobre un desarrollo en el que participé con ClowderTank el año pasado: AI Buddy.
AI Buddy es un proyecto que nació para ayudar a los niños con uno (o ambos) de sus padres desplegado en un conflicto militar.
Por medio de Inteligencia Artificial y minería de datos, AI Buddy ayuda al niño a sobrellevar la ausencia del padre, a la vez que ayuda a éste a estar más enterado y pendiente del desarrollo y las actividades del menor. Y nació no como una app exclusiva de un ecosistema, sino como una API para que cualquiera pueda replicarlo en cualquier ecosistema de apps.
El proyecto, desarrollado en conjunto por la agencia neoyorquina We Believers, la fundación argentina Vidax Center y ClowderTank, ganó un León de Bronce en Cannes 2017 en la categoría de mejor manejo de data.
Todo este breviario personal no fue sólo por presunción, sino porque me gustaría recalcar algo muy importante dentro de la app economy: el retorno también puede ser social, y es mejor cuando es así.
El futuro de AI Buddy no es conseguir ingresos ni ser exclusiva de una plataforma, al contrario, la intención es hacerlo lo más abierto posible para que la mayor cantidad de personas puedan beneficiarse.
Las apps también nos llevarán a las empresas X
Este modelo es parte de una nueva generación de empresas, a las que yo llamo Empresas X, estas compañías que juegan por reglas distintas y crean sus propios modelos de negocio, permitiéndoles lograr crecimientos acelerados fuera de los niveles de otras empresas.
Y creo firmemente en que ése será el futuro de las apps: Inteligencia Artificial, modelos de crecimiento X, Realidad Virtual y Aumentada, Interconexión de apps en varios dispositivos por medio de la red 5G.
Esto apenas empieza. No importa si el smartphone y el mercado de las apps lleva ya 10 años, en los siguientes 10 nos continuaremos sorprendiendo por las capacidades cada vez más ilimitadas y la manera en que se integran a nuestra vida cotidiana.
*Este post es una versión abreviada del que apareció en la edición de abril de EXMA Magazine, ‘Gigantes del Social Media’.