Psicoanálisis, Tendencia, Niños
En el psicoanálisis, el juego del niño, se equipara a la asociación libre del adulto, ya que el juego es su forma de expresarse, de comunicarse y por lo tanto puede ser interpretable.
El juego le permite a los niños su desarrollo psíquico, emocional, social, intelectual y cumple una función vital para el manejo de la agresión y de la destructividad. Como también le fomenta la creatividad y las fantasías. Por este motivo es de suma importancia que el niño pueda acceder a él y le pueda dedicar suficiente tiempo al mismo. Principalmente al juego libre, donde pueda inventar, crear y proponer sus propias reglas.
Se podría decir que es una forma creativa de ocuparse del mundo exterior y su característica más relevante, es el placer.
A través del mismo pueden manifestar sus miedos, dificultades, angustias o determinadas situaciones traumáticas, que en palabras o de otro modo les sería dificultoso de expresar.
Donald Winnicott, psiquiatra y psicoanalista inglés, escribió no solo sobre el juego sino sobre la patología de este, describiéndolo a través de diferentes características que hay que tener en cuenta. Como son: la pérdida de la capacidad para jugar, las estereotipia, la sensualización, la imposibilidad de jugar a un juego reglado, la huida hasta el ejercicio físico, la dominación, entre otros. Estos son indicios de algo, por lo tanto no hay que restarle importancia.
Habría que pensar porque hoy en día se busca que los chicos aprendan la mayor cantidad de horas posibles, ofreciéndole mucha información que tienen que internalizar. No tomando al juego como universal, ni que se correlaciona proporcionalmente con la salud del niño, como tampoco que es un pilar determinante para el desarrollo integral; sino que es relegado a segundo plano.