Creo que fue Bill Gates el que dijo: «Nadie tiene la culpa de haber nacido pobre. Pero si mueres pobre, el único culpable eres tú». Sin palabras.
Es que, sin ánimos de ofender a los que menos tienen, te puedo asegurar que la mayoría de las personas piensan como pobres. El pobre trabaja para gastar y, muchas veces, es capaz incluso de gastar más de lo que tiene. Cuando no lo hace, se contenta solo con ahorrar (y te puedo asegurar que el ahorro está muy pero muy «sobrevalorado»). Estas personas que piensan como pobres, generalmente, se convierten en esclavos del dinero, pues son las que más trabajan para conseguirlo, a riesgo de dejar sus vidas y sus sueños de lado.
Con esto quiero decirte que, si quieres ser en verdad financieramente libre, lo primero que tienes que hacer es dejar de pensar como pobre, dejar de creer que el dinero es la raíz de todos los males del mundo. El dinero es solo un instrumento, una herramienta y, por lo tanto, tu libertad financiera dependerá de la eficacia que tengas para generarlo y administrarlo. Y, para conseguir esta eficacia, ni siquiera hace falta ser millonario.
La riqueza, una cuestión de perspectiva
Si bien es cierto que cuando gozas de plena libertad financiera tienes muchas más posibilidades de lograr riqueza o abundancia económica, también es cierto que esto último depende de muchas otras variables (por lo general, bastante más complejas). Pero ¿de qué hablamos cuando hablamos de riqueza?
Por lo general, se dice que la riqueza te permite vivir con tranquilidad, sin apremios económicos, disfrutando de las cosas que te gustan y con la tranquilidad de que puedes plantearte nuevos desafíos sin que esto implique un riesgo para ti o tus seres queridos. Claro, estamos de acuerdo en eso, pero de esto se deduce que la riqueza es una cuestión de perspectivas.
Como te comentaba hace unos instantes, la libertad financiera está relacionada con la capacidad que tiene alguien de generar y administrar de manera efectiva su dinero, dinero que no necesariamente tiene que ser una «millonada» (al menos, no al principio). En definitiva, y esto te va a sorprender, la persona que en verdad es libre financieramente es la que el dinero no representa un problema fundamental en su vida, y no porque le sobre, sino más bien porque no es una variable que pueda afectar de manera decisiva sus planes, proyectos y estilo de vida.
Naturalmente, hay quienes necesitan importantes cantidades de dinero para cumplir con sus objetivos, y hay otros que no necesitan demasiado. En cualquier caso, mientras el dinero no se convierta en un factor restrictivo para vivir de acuerdo con sus propios parámetros y avanzar en sus propios proyectos, esos «quienes» y esos «otros» podrán decir que gozan de plena libertad financiera. Y, volviendo a un punto que ya tocamos, el que piensa como pobre no puede darse ese lujo.
7 consejos de un freelancer para ayudarte a ser financieramente libre
Durante mucho tiempo se pensó que la libertad financiera solo podía ser alcanzada por aquellos que dominaban ciertas «artes» o ciertos conocimientos específicos, y la verdad es que, para los que aprendimos a vivir de lo que nos gusta, manejando nuestros tiempos y eligiendo nuestros clientes y nuestros rincones o lugares de trabajo, se trata de un asunto bastante simple.
Por eso quiero compartir contigo 7 tips que a mí me resultaron muy útiles y que, de seguro, tú también sabrás aprovechar.
1. Busca una idea que le sirva a millones de personas
La palabra clave para esto es creatividad, así que debes estar listo para usar el hemisferio derecho del cerebro y dejar que tu mente te guíe hasta encontrar esa idea que seguramente será un éxito. Trata de pensar fuera de lo obvio, pero sin caer en extravagancias; ten presente que tu idea tiene que servirles a millones de personas.
2. Esfuérzate al principio y disfruta el resto de tu vida
Dedícate a trabajar con esfuerzo los primeros años y podrás disfrutar de resultados increíbles (y, sobre todo, sostenibles) luego de un tiempo. No pienses a corto plazo. Después de todo, el futuro siempre llega antes de lo previsto.
3. No ahorres, invierte
Hablábamos hace un rato de que tienes que experimentar un cambio en tu forma de pensar. Justamente, parte de ese cambio consiste en dejar de verte como un asalariado y empezar a verte como una empresa. Por lo tanto, debes aceptar que un porcentaje de tus ingresos no te pertenece, sino que le pertenece a la empresa (tu empresa). Busca asesoría y destina ese porcentaje de dinero en las inversiones más convenientes que haya en el mercado, de ese modo harás que tu dinero trabaje para ti (¿ahora entiendes porque dije que el ahorro está sobrevaluado?).
4. No derroches en lujos si no tienes cómo para pagarlos
Uno de los errores más comunes que comenten las personas con mentalidad de pobre es gastar cualquier dinero extra que reciban en «darse un gusto», que casi siempre cuesta más de lo que pueden pagar. Bien, no hagas esto (al menos, no hasta que cuentes con los ingresos suficientes). Recuerda que ahora eres una empresa y, como tal, no debes permitir desvíos de fondos que dejen tus cuentas en rojo.
5. Trata de ganar dinero incluso mientras duermes
Por suerte para ti, el dinero no tiene horarios ni se toma vacaciones. Es más, el dinero adora a las personas que lo hacen fluir y que lo hacen crecer. Es importante que sepas que las personas más comprometidas con su futuro financiero han aprendido a ganar dinero incluso mientras duermen gracias a los ingresos pasivos. Infórmate sobre esto y empieza a hacer la diferencia.
6. Invierte las ganancias de lo ya invertido
Como habrás adivinado, invertir es la segunda palabra clave de esta lista. Así que, siempre que puedas, invierte las ganancias de lo que ya invertido. Memoriza bien esta fórmula si quieres ser en verdad financieramente libre.
7. Sigue el ejemplo de los grandes
La mayoría de la gente financieramente libre ha compartido su experiencia y consejos en libros y cursos (muchos de los cuales pueden encontrarse en Internet). Hablo de gente realmente exitosa e influyente, como Robert Kiyosaki, Tony Robbins o alguno de los columnistas de Forbes. Así que busca al autor que más te entusiasme, aquel con que sientas más empatía, y deja que te guíe. Aprenderás de él más de lo que te imaginas.
En conclusión
Así que ya lo sabes, primero cambia tu chip mental y deja de pensar como pobre. Luego sé creativo y comparte tu idea millonaria con el mundo. Trabaja en ella con firmeza por el tiempo que consideres necesario. Paralelamente, asesórate e invierte. Y, por último, no te olvides de los ingresos pasivos.
Pero por, sobre todas las cosas, recuerda siempre que la libertad financiera no necesariamente está ligada a la superabundancia económica, sino a la capacidad que tengas para gestionar inteligentemente tu dinero. No olvides que no se trata de ser millonario, sino de ser libre.